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Cómo mejorar la salud financiera de tu negocio con pequeños ajustes diarios

Seguro que a todos los autónomos y PYMES les resulta familiar esta afirmación: es complicado mantener una tesorería estable y afrontar gastos sin tener que hacer malabarismos para estirar la facturación como si fuese un chicle.

El día a día está lleno de grandes retos como la hipoteca o alquiler, la variabilidad de ingresos, los gastos imprevistos… pero también de pequeños desembolsos y cuotas que hacen que parezca que los bolsillos (o la tarjeta de crédito) tienen un agujero por el que se escapan nuestros fondos.

Incluso aunque ahora mismo existan soluciones modernas como la banca para empresas digitales que facilitan la gestión de la liquidez, seguimos cayendo en pequeñas adquisiciones impulsivas de “tonterías”, suscripciones innecesarias…¡Y así es imposible ahorrar! 

Pero hay buenas noticias: no se necesitan cambios drásticos para mejorar la salud financiera ya que los pequeños ajustes diarios pueden marcar una gran diferencia. A continuación se explicará la manera de ahorrar sin hacer grandes sacrificios.

El primer paso para ahorrar es tener la mentalidad abierta

Por el momento no es necesario hacer cambios en la cuenta bancaria sino en la mentalidad empresarial. No debe verse el ahorro como un castigo o una renuncia, más bien como una inversión en futuro y en tranquilidad. De esta manera se priorizan los objetivos a largo plazo sobre los gastos llevados a cabo por impulso. 

Antes de que se empiecen a implementar cambios en los hábitos de gasto, es fundamental que se entienda qué es la sostenibilidad del negocio y por qué es tan importante.

¿Qué cambios se pueden aplicar desde hoy?

Las decisiones drásticas de un día para otro no son una buena idea. En general se considera que introducir pequeños cambios de forma constante puede producir un gran impacto en la gestión del negocio. A continuación se muestran algunas ideas sencillas para comenzar.

Controlar los gastos operativos innecesarios

Estos, a priori, pequeños gastos son aquellos que se traducen en desembolsos que pueden parecer insignificantes pero que al final se acumulan y suponen una cantidad relativamente grande a final del mes. Por ejemplo, cafés de reuniones, herramientas de trabajo innecesarias, papelería sin control…

Llevando un registro de estos gastos durante un par de semanas es sorprendente ver cuánto se podría ahorrar reduciendo tan solo algunos de ellos.

Automatizar apartados para impuestos, imprevistos o inversión

También se puede mejorar la salud financiera de un negocio separando automáticamente un porcentaje de cada ingreso para distintos fines, como el pago de impuestos o la creación de un fondo de emergencia.

Esto evita sorpresas desagradables cuando llegan las obligaciones fiscales como la declaración de la renta o surgen gastos imprevistos.

Comparar proveedores, servicios Saas y tarifas energéticas

Antes de contratar cualquier servicio o proveedor, conviene comparar precios y condiciones para asegurarse de obtener siempre la mejor relación calidad-precio. Esto incluye desde herramientas de software hasta tarifas de internet o electricidad para el local o la oficina.

Existen recursos como el comparador de cuentas del Banco de España que ayudan a tomar decisiones informadas.

Revisar y actualizar suscripciones

Muchos negocios mantienen activas licencias o servicios que ya no utilizan por falta de revisión periódica. Revisar mensualmente los gastos fijos permite detectar suscripciones innecesarias, obsoletas o duplicadas. Asimismo, reducir o renegociar estos costes puede liberar recursos valiosos para otras áreas del negocio.

Aprovechar compras al por mayor o programas de fidelización para empresas

Hacerse con ciertos productos al por mayor puede reducir el coste unitario de forma notable. También es útil inscribirse en programas de fidelización o beneficios para empresas ofrecidos por proveedores. Eso sí, siempre conviene adquirir solo lo necesario para evitar acumular stock sin rotación.

Fondo de emergencia para meses de baja facturación o pagos imprevistos

Un fondo de emergencia permite afrontar situaciones como averías, retrasos en cobros o caídas estacionales en los ingresos. No es necesario empezar con grandes cantidades; lo importante es aportar de forma constante cada mes. Este “colchón” financiero aporta estabilidad y evita tener que recurrir a créditos en momentos difíciles.

No pasa nada si no es posible ahorrar grandes cantidades, lo importante es ser constante y empezar aunque sea con 20 o 30 euros al mes, de esta manera el fondo crecerá, proporcionando una cierta tranquilidad.

Herramientas sencillas que pueden ayudar

La tecnología facilita también el control de las finanzas. Existen aplicaciones gratis que permiten establecer un presupuesto, registrar gastos y seguir los objetivos de ahorro de manera sencilla.

También se puede utilizar una hoja de Excel o similar donde anotar cada mes ingresos, gastos y capital. 

Conclusión

Como se acaba de ver, ahorrar no tiene por qué ser complicado ni doloroso. Incluso los pequeños negocios pueden lograr mejoras financieras con acciones y gestos constantes incorporados a la vida cotidiana. Lo importante es empezar hoy a crear un hábito empresarial saludable y sostenible, aunque sea con una pequeña acción diaria.

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