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Qué es el Comunismo y cuáles son sus postulados

¿Qué es el Comunismo?

El comunismo es una ideología política y económica que se coloca a sí misma en oposición a la democracia liberal y al capitalismo, y que aboga por un sistema sin clases sociales en el cual los medios de producción estén en posesión de la sociedad en su conjunto y la propiedad privada no exista o se encuentre severamente regulada.

Entendiendo el comunismo

El comunismo es un “término sombrilla” que puede incluir a un rango amplio de ideologías. El uso moderno del término se originó con Victor d’Hupay, un aristócrata francés del siglo XVIII que defendía la vida en las comunas, en las cuales toda la podría ser compartida y “todos obtendrían beneficios del trabajo de todos”. La idea era difícilmente nueva en ese momento, sin embargo: El Libro de Los Apóstoles describe a las comunidades cristianas teniendo todos los bienes en común, de acuerdo a un sistema conocido como Koinonia, el cual después inspiró a grupos religiosos del siglo 17 conocidos como los “cavadores”, que rechazaron la propiedad privada.

El manifiesto comunista

La ideología del comunismo moderno comenzó a desarrollarse durante la revolución francesa, y su tratado seminal, de Karl Marx y Friedrich Engels, el manifiesto comunista fue publicado en 1848. Ese panfleto rechazaba el tinte ideológico de las filosofías comunistas previas, estableciendo sus bases con el apoyo del materialismo y – lo que sus proponentes claman – un análisis científico de la historia y de la trayectoria futura de la sociedad humana. “La historia lo que ha sido la sociedad existente. Marx y Engels escribieron que esta era “la historia de la lucha de clases”. 

El manifiesto comunista presentó a la Revolución Francesa como un punto de la historia totalmente transformador, cuando la burguesía – la clase mercante que estaba en el proceso de consolidar su dominio sobre los medios de producción – cambió la estructura del régimen feudal de poder y se adentró en la era del capitalismo moderno. Esta revolución reemplazó la lucha de clases medieval, la cual enfrentó a la nobleza contra los servios, mientras que la era moderna puso a los burgueses – propietarios del capital contra el “proletariado”, la clase trabajadora que vendía su mano de obra por salarios. 

En el manifiesto del Partido Comunista y en trabajos posteriores, Marx, Engels y sus seguidores abogaron (y predijeron como algo históricamente inevitable) una revolución global del proletariado, la cual debería agilizar en un primer momento una era de socialismo, y luego el comunismo. Esta etapa final del desarrollo humano marcaría el fin de la lucha de clases y por lo tanto de la historia: toda la gente viviría en un equilibrio social, sin distinciones de clases, estructuras familiares, religiones o propiedades. El estado, también podría desvanecerse. La economía podría funcionar como lo dice el eslogan popular: “De cada uno acorde a su capacidad y cada quién según sus necesidades”. 

La Unión Soviética

Marx y Engels propusieron teorías las cuales no serían puestas a pruebas en el mundo real, sino hasta después de sus muertes. En 1917, durante la primera guerra mundial, un levantamiento en Rusia derrocó al zar y llevó a una guerra civil que eventualmente vio a un grupo de marxistas radicales liderados por Vladimir Lenin ganar el poder en 1922. Los bloqueviches, como el grupo era llamado, fundaron la Unión Soviética en el territorio del antiguo Imperio Ruso e intentaron poner la teoría comunista en práctica.

Con anterioridad a la revolución bolqueviche, Lenin había desarrollado la teoría marxista del vanguardismo, la cual argumentaba que existía un estrecho grupo de élites políticamente iluminadas era necesario para acelerar las etapas más altas de la evolución política y económica: primero el socialismo y finalmente el comunismo. Lenin murió poco después de que la guerra civil terminó, pero la dictadura del proletariado liderada por su sucesor Joseph Stalin, perseguiría una de las purgas ideológicas y étnicas más brutales, así como una forzada colectivización agrícola. Decenas de millones murieron durante el gobierno de Stalin, desde 1922 hasta 1952. Las tasas de muertes más altas se sucedieron durante la guerra contra la Alemania nazi cuando decenas de millones de personas murieron.

En vez de disolverse, como preveía la teoría comunista, el estado soviético de convirtió en una poderosa institución de partido único que prohibió el disenso y ocupó los puestos más altos de la economía. La agricultura, el sistema bancario, y la producción industrial fueron sujetos a cuotas y a controles precios establecidos en planes quinquenales. Este sistema de planificación central llevó a una rápida industrialización, y desde 1950 hasta 1965 el crecimiento del producto interno bruto soviético sobrepasó en de Estados Unidos. Sin embargo, en términos generales, la economía soviética creció a un paso mucho más lento que sus contrapartes, las economías capitalistas de occidente.

El débil gasto de los consumidores fue un lastre particular para la economía. Los planificadores centrales enfatizaron altamente en la industria lo cual llevó a una sub-producción crónica de bienes de consumo, y las largas filas en las tiendas vacías fueron un signo de la vida soviética durante los escasos tiempos de prosperidad que vivió esta economía. Los vibrantes mercados negros denominados la “segunda economía” por algunos académicos – satisficieron la demanda de cigarrillos, champú, licor, azúcar, leche y especialmente bienes de lujo tales como pantalones vaqueros importados de forma ilegal de Occidente. Mientras que estas redes eran ilegales, estas eran esenciales para el funcionamiento del partido: ellas aliviaban la escasez, que, si no se atendía, amenazaba con impulsar otra revolución bolchevique; ellas proveían a los miembros del partido con chivos expiatorios en caso de escasez; y estas llenaban los bolsillos de los funcionarios del partido; quienes tomaban sobornos para mirar hacia otro lado o se hacían ricos dirigiendo las operaciones del mercado negro ellos mismos.

La Unión Soviética colapsó en 1991, siguiendo un empuje por la reforma para el sistema político y económico proveyera un espacio más grande para la empresa privada y la libertad de expresión. Estas iniciativas de reforma, conocidas como la perestroika y glasnot, respectivamente, no detuvieron el declive económico que la Unión Soviética estaba sufriendo en los años ochenta y aceleraron el fin del estado comunista al hacer que este suavizara su control sobre las fuentes de disenso.

La China comunista

En 1949, siguiendo más de 20 años de guerra con el Partido Nacionalista Chino y el Japón Imperial, el Partido Comunista de Mao Zedong ganó el control de China continental para formar el segundo estado comunista más grande del mundo. Mao alió a su país con la Unión Soviética, pero las políticas soviéticas de des-estalinización y “coexistencia pacífica” con el Occidente capitalista llevaron a una división diplomática de China y el bloque soviético en 1956.

El gobierno de Mao en China se asemejó al de Stalin en su violencia, privación y su insistencia en la pureza ideológica. Durante el Gran Salto Hacia Adelante, desde 1958 hasta 1962, el Partido Comunista ordenó a la población rural producir enormes cantidades de acero en un esfuerzo de hacer un salto rápido a la Revolución Industrial en China. Las familias fueron obligadas a construir hornos industriales, donde ellas derretían chatarra e ítems caseros para convertirlos en barras de hierro de baja calidad que ofrecían poca utilidad doméstica y no eran atractivas para el mercado internacional. Dado que la fuerza laboral rural no era capaz de cosechar cultivos, y Mao insistió en exportar grano para demostrar el ‘éxito de sus políticas’, la escasez de alimentos se volvió la norma. Esto resultó en la Gran Hambruna China que mató a al menos 15 millones de personas y quizás a más de 45 millones. La Revolución Cultural China, una purga ideológica que duró desde 1966 hasta la muerte de Mao en 1976, mató a al menos otras 400.000 personas.

Después de la muerte de Mao, Deng Xiaoping introdujo una serie de reformas de mercado que permanecieron con efecto bajo el gobierno de sus sucesores. Estados Unidos comenzó a normalizar sus relaciones con China cuando el presidente Richard Nixon visitó el país en 1972, previamente a la muerte de Mao. Hoy, el Partido comunista permanece en el poder, presidiendo sobre un sistema capitalista muy amplio, aunque las empresas estatales continúan siendo parte importante de la economía. La libertad de expresión está fuertemente coartada; las elecciones están prohibidas (excepto en la excolonia británica de Hong Kong, donde los candidatos deben ser aprobados por el partido y los derechos de elección son fuertemente controlados); y una oposición significativamente fuerte al partido no es permitida.

La Guerra Fría

Estados Unidos emergió de la Segunda Guerra Mundial como la economía más rica del mundo y la nación más poderosa a nivel militar. Como una democracia liberal que había derrotado a las dictaduras fascistas en dos escenarios, el país – si no toda su gente- sentía cierto orgullo y excepcionalismo y un sentido de propósito histórico. De la misma manera la Unión Soviética creyó también esto de sí misma. Los soviéticos fueron aliados de los americanos en la lucha contra la Alemania nazi, pero ellos luchaban también por el establecimiento de un estado marxista mundial. Los dos superpoderes pronto se dividieron y así mismo dividieron a Europa en dos esferas de influencia económica y política. Winston Churchill llamó a esta línea divisoria el “Telón de acero”.

Las dos superpotencias, las cuales poseían ambas armas nucleares para 1949 se vieron envueltas en un estancamiento largo y que se conoció como La Guerra Fría. Debido a la doctrina de la destrucción mutua asegurada – la creencia de que, si una guerra entre los dos países sucedía, podría ocurrir un holocausto nuclear- los enfrentamientos militares directos entre Estados Unidos y la Unión Soviética jamás ocurrieron. En vez de ello se sucedieron una serie de guerras entre los respectivos aliados de cada potencia en América Latina, África y Asia. Tanto Estados Unidos y la Unión Soviética patrocinaron golpes de estado para instalar regímenes afines en varios países. Casos emblemáticos son la dictadura de Pinochet apoyada por Estados Unidos, el régimen comunista afgano patrocinado por la Unión Soviética. Cuba, Hungría y Yugoslavia.

El momento de mayor tensión entre ambas potencias fue cuando la Guerra Fría llevó a la crisis de los misiles en 1962 en Cuba. Estados Unidos peleó una larga guerra en Vietnam, sin embargo, las fuerzas vietnamitas del sur apoyadas por Estados Unidos fueron derrotadas por las fuerzas del Norte, apoyadas por China y la Unión Soviética y las guerrillas comunistas del sur. Estados Unidos se retiró de la guerra y Vietnam terminó unificado bajo un gobierno comunista en 1975.

La guerra fría terminó con el colapso de la Unión Soviética en 1991.

¿Por qué fracasó el comunismo?

Mientras que ha habido un estudio extensivo sobre las razones que llevaron al fracaso del comunismo, los investigadores señalan dos factores comunes que contribuyeron a su desaparición.

El primer factor es una ausencia de incentivos entre los ciudadanos para producir con el objetivo de generar ganancias. El incentivo de las ganancias lleva a la competencia y a la innovación en una sociedad. Pero el ciudadano ideal en la sociedad comunista era un individuo altruista, devoto de la sociedad y sus causas, que raramente se detenía a pensar en su propio beneficio. “En toda ocasión y frente a toda cuestión un miembro del Partido debe dar consideración a los intereses del partido primero y colocar sus intereses personales en un segundo lugar” escribió Liu Shaoqi, el segundo presidente de la República Popular China.

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La segunda razón de la caída del comunismo fue las ineficiencias inherentes del sistema, tales como la planeación centralizada. Esta forma de planeación requiere la agregación y síntesis de un complejo monto de información a un nivel de detalle. Debido a que todos los proyectos son planeados de forma central, esta forma es también compleja. En varias instancias, la información del sistema estaba arreglada con el fin de los hechos se ajustaran a las estadísticas planeadas y con esto crear una ilusión de progreso.

La concentración de poder en las manos de un selecto grupo de individuos también cosechó la ineficiencia y, de forma paradójica, dio incentivos a los líderes para luchar y mantenerse en el poder para su propio beneficio. La corrupción y la pereza se convirtieron en características endémicas de este sistema y la vigilancia, tales como las propias de la Alemania Oriental y las sociedades soviéticas, era común. El comunismo también se desincentivó a las industrias y a los trabajadores altamente eficientes. El resultado final fue una aguda agonía de la economía.

Diferencias entre Comunismo y Socialismo

La diferencia entre comunismo y socialismo no está convenientemente clara. Los dos términos a menudo se usan indistintamente, pero estas teorías económicas y políticas no son lo mismo. Tanto el comunismo como el socialismo surgieron de las protestas contra la explotación de la clase trabajadora durante la Revolución Industrial.

Si bien las aplicaciones de sus políticas económicas y sociales varían, varios países modernos, todos ideológicamente opuestos al capitalismo, son percibidos como comunistas o socialistas. Para comprender los debates políticos contemporáneos, es importante conocer las similitudes y diferencias entre el comunismo y el socialismo.

El comunismo vs. Socialismo

Tanto en el comunismo como en el socialismo, la gente posee los factores de producción económica. La principal diferencia es que, bajo el comunismo, la mayoría de los bienes y recursos económicos son propiedad y están controlados por el estado (en lugar de ciudadanos individuales); Bajo el socialismo, todos los ciudadanos comparten equitativamente los recursos económicos asignados por un gobierno elegido democráticamente.

Similitudes clave

El comunismo y el socialismo surgieron de la oposición popular a la explotación de los trabajadores por parte de las empresas ricas durante la Revolución Industrial. Ambos suponen que todos los bienes y servicios serán producidos por instituciones controladas por el gobierno u organizaciones colectivas en lugar de por empresas privadas. Además, el gobierno central es el principal responsable de todos los aspectos de la planificación económica, incluidos los asuntos de oferta y demanda.

Diferencias clave

Bajo el comunismo, las personas son compensadas o provistas según sus necesidades. En una sociedad comunista pura, el gobierno proporciona la mayoría o la totalidad de los alimentos, ropa, vivienda y otras necesidades basadas en lo que considera las necesidades de la gente. El socialismo se basa en la premisa de que las personas serán compensadas en función de su nivel de contribución individual a la economía. El esfuerzo y la innovación son recompensados ​​bajo el socialismo.

Definición de comunismo puro

El comunismo puro es un sistema económico, político y social en el que la mayoría o la totalidad de las propiedades y recursos son propiedad colectiva de una sociedad libre de clases y no de ciudadanos individuales. Según la teoría desarrollada por el filósofo, economista y teórico político alemán Karl Marx en su clásico libro de 1848 El Manifiesto Comunista, el comunismo puro da como resultado una sociedad en la que todas las personas son iguales y no hay necesidad de dinero ni de la acumulación de riqueza individual. No existe una propiedad privada de los recursos económicos, con un gobierno central que controla todas las facetas de la producción. La producción económica se distribuye de acuerdo con las necesidades de las personas. Se elimina la fricción social entre los trabajadores de cuello blanco y obreros y entre las culturas rurales y urbanas, liberando a cada persona para alcanzar su máximo potencial humano.

Bajo el comunismo puro, el gobierno central proporciona a las personas todas las necesidades básicas, como alimentos, vivienda, educación y atención médica, lo que permite a las personas compartir equitativamente los beneficios del trabajo colectivo. El libre acceso a estas necesidades depende de los constantes avances tecnológicos que contribuyen a una producción cada vez mayor.

En 1875, Marx acuñó la frase utilizada para resumir el comunismo: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades”.

Definición de socialismo puro

El socialismo puro es un sistema económico bajo el cual cada individuo, a través de un gobierno elegido democráticamente, recibe una parte igual de los cuatro factores o producción económica: trabajo, emprendimiento, bienes de capital y recursos naturales. En esencia, el socialismo se basa en la suposición de que todas las personas quieren cooperar naturalmente, pero la naturaleza competitiva del capitalismo les impide hacerlo.

El socialismo es un sistema económico donde todos en la sociedad poseen igualmente los factores de producción. La propiedad se adquiere a través de un gobierno elegido democráticamente. También podría ser una corporación cooperativa o pública en la que todos poseen acciones. Como en una economía dirigida, el gobierno socialista emplea una planificación centralizada para asignar recursos basados ​​tanto en las necesidades de los individuos como de la sociedad en general. La producción económica se distribuye de acuerdo con la capacidad y el nivel de contribución de cada individuo.

En 1980, el autor y sociólogo estadounidense Gregory Paul rindió homenaje a Marx al acuñar la frase comúnmente utilizada para describir el socialismo: “De cada uno según su capacidad, a cada uno según su contribución”.

Con información de Investopedia.

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