Mastodon La reforma tributaria propuesta por Álvaro Uribe Vélez vs la de Gustavo Petro
Opinión

La reforma tributaria propuesta por Álvaro Uribe Vélez vs la de Gustavo Petro

Como consecuencia de la pandemia del COVID19 y los gastos asociados para hacer frente a esta emergencia, así como por la menor recaudación de impuestos debido a la desaceleración económica, el estado colombiano se enfrenta a una grave escasez de recursos a la cual debe hacer frente para que no siga aumentando el déficit fiscal y para que se pueda seguir garantizando el normal funcionamiento de los servicios que se ofrecen por cuenta de la nación.

En este contexto, el gobierno se ve abocado a realizar una reforma tributaria, algunos han hablado de reforma fiscal (intentando señalar que lo único que se requiere es una reducción de los gastos del estado, pero esta es una idea engañosa, claramente la recuperación económica requerirá una intervención fuerte por parte del estado, lo cual requiere de manera natural más impuestos).

¿Cuáles son las propuestas que se han esbozado en este sentido?

En medio del escándalo por el anuncio de La Justicia Especial para la Paz de que los llamados falsos positivos fueron en realidad muchos más que los que inicialmente se habían documentado, el ex-presidente Álvaro Uribe ha salido a proponer su propia reforma tributaria, probablemente intentando desviar la conversación y mostrándose a sí mismo y a su partido como “preocupados” por la realidad nacional mientras que en los medios de comunicación no se habla de otra cosa que de la presunta responsabilidad del entonces presidente en las ejecuciones extrajudiciales o asesinatos de civiles para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate.

Pero para un debate informado sería bueno asumir, dándole el beneficio de la duda al expresidente Uribe, que su propuesta de reforma tributaria es una preocupación genuina por el desarrollo económico de la nación y que entonces merece ser tenida en consideración. Ese es el camino que vamos a tomar acá, haciendo un análisis de su propuesta, cuáles son los puntos en los que acierta y en cuáles no y cómo ha cambiado su visión fiscal a lo largo de los años.

En el siguiente vídeo se especifica la propuesta de reforma tributaria propuesta por Álvaro Uribe Vélez:

¿Qué aspectos podemos destacar de esta propuesta?

Uribe no toca al tema del IVA. Sabe que es la propuesta más polémica por parte del gobierno, ya que actualmente se ha pedido su ampliación a toda la canasta familiar. El impuesto del IVA es uno de los de más fácil recaudo y de los que más ingresos le genera al estado colombiano. Sin embargo, Uribe prefiere guardar silencio frente a este impuesto, previendo que probablemente sería aprobado en la reforma y que manifestarse a favor del mismo podría causarle una pérdida de popularidad al Centro Democrático de cara a las elecciones de 2022.

Habla de un impuesto del 8% al comercio, este impuesto sabe de antemano que puede causar inflación, pero de todas formas lo propone por su posibilidad de alto recaudo. Aunque se propone la devolución de este impuesto a los sectores más pobres, hay grandes dificultades con esto. De la misma manera que con la devolución del IVA, esta no llega de manera efectiva a todos los sectores pobres, ya que estos frecuentemente no son bien contados en las estadísticas del estado y frecuentemente son muchos más de lo que el DANE supone. Ya en ocasiones anteriores las medidas de pobreza que hace el DANE han generado bastante polémica, por ejemplo al afirmar que una familia de cuatro personas en la que uno de sus miembros devenga el salario mínimo no es pobre, aún cuando pueda haber varias necesidades insatisfechas o que son mal satisfechas. En este sentido la propuesta de Uribe no contempla que un impuesto del 8% adicional a los bienes que se comercian no solo causaría inflación sino que además generaría un mayor estancamiento económico ya que no permitiría ampliar la demanda, lo que por otra parte haría que el recaudo de impuestos no fuese tan eficiente como se ha previsto.

Fiel a su ideario neoliberal, Uribe contempla que la reducción del impuesto sobre la renta del 37% al 30% es algo bueno, actualmente se encuentra en el 32%. Pero que debería aplazarse su reducción al 30% y mantenerse en el 33%. En este sentido, esta propuesta no tiene un mayor impacto ya que lo que se propone es que el estado siga cobrando lo que ha venido cobrando por concepto de renta, pero que no cobre más. Aquí la deficiencia de esta propuesta yace en que no se contempla un incremento del impuesto sobre la renta, el cual se podría aumentar para que la clase media alta y las personas adineradas contribuyan más al desarrollo nacional. Pero lo que se contempla con la propuesta de Uribe, de que las cosas sigan igual como van, aunque con una leve parada para recaudar algo de impuestos, es que él es preso de esa teoría que alaba al ciudadano más afortunado y que según la teoría de la economía de goteo debería tener menos tributación, pues es el que genera “empleos y emprendimiento”. Si bien es cierto que actualmente las PYMES pagan este impuesto, la subida se podría hacer escalonada dependiendo del tamaño de las empresas (dependiendo de su poder de mercado también) y así logrando un mayor recaudo, sin embargo esto es algo que no parece contemplar ni el mismo Uribe ni el gobierno nacional.

Por otra parte el senador por la Colombia Humana, el excandidato presidencial Gustavo Petro se ha manifestado en desacuerdo con lo que hasta el momento se ha conocido de la propuesta de reforma tributaria del gobierno y ha señalado que esta sería nefasta para la economía colombiana. La revista Semana publicó las declaraciones de Petro, dentro de las cuales el senador añadió que el gobierno debería cambiar su modelo económico y enfocarse en hacer un viraje hacia las energías renovables.

Para Petro la devolución del IVA, una política del gobierno de Iván Duque que incluso fue elogiada por la revista liberal británica The Economist, falla porque el gobierno nacional no sabe dónde están los pobres y muchas de las personas a las que se le hace la devolución no son realmente pobres, un 40% según Petro. En este punto considero que Petro podría estar errando en los cálculos, aunque se requiere que se evalúe si efectivamente el IVA está siendo devuelto a los más pobres o si hay personas coladas en la devolución, de la misma manera mirar si hay personas que están siendo excluidas de la política de devolución debido a fallas en la base de datos del gobierno.

Petro también señala que deberían eliminarse las exenciones que se hicieron en la pasada reforma tributaria, los cuales han reducido ciertos impuestos como el de la renta o impuestos que pagan las grandes empresa y los individuos adinerados. De la misma manera, Petro añadió que se deberían aumentar los impuestos a los capitales improductivos, como las tierras que se encuentran ociosas o las utilidades financieras de los grandes bancos. En este sentido la propuesta de Petro gira en torno a una mayor justicia económica y a una mayor progresividad en los impuestos, algo que históricamente ha reclamado la izquierda pero que no se ha podido materializar en el país.

Como elementos de coincidencia entre las propuestas de Gustavo Petro y de Álvaro Uribe, tenemos que ambos insisten en que el gobierno colombiano debe tener una mayor tributación, no solo por las deudas en las que el gobierno ha incurrido como consecuencia de la pandemia sino debido a la necesidad de ofrecer servicios de interés social de mayor calidad y a un mayor número de personas. Sin embargo, la gran diferencia yace en quién debe pagar estos impuestos. Para Uribe la clase media en general podría contribuir con más pagos de impuestos, mientras que para Petro son los grandes capitales improductivos los que deben gravarse, de manera que haya una contribución con mayor justicia y al mismo tiempo se estimule la actividad productiva, lo cual podría llevar a un mayor crecimiento económico y a una mayor recaudación de impuestos por otras vías.

Frente a las propuestas económicas de reforma me decantaría por la de Gustavo Petro por dos razones fundamentales. Cualquier reforma tributaria debería enfocarse en estimular la actividad económica después de la pandemia. Mayores impuestos sobre el consumo o un IVA generalizado, como parecería ser la propuesta del gobierno, en realidad pueden llevar a una desaceleración de la actividad económica, mientras que al gravar los capitales improductivos se obligaría a que gran parte de estos fueran a actividades realmente productivas, lo cual generaría un impacto de rebote en la economía y una mayor base gravable general en el conjunto de la economía sin que ello implique un aumento a los impuestos sobre el consumo. La segunda razón es que dadas las profundas desigualdades económicas que vive Colombia, una reforma tributaria debería tener en cuenta la progresividad en los impuestos y la necesidad de poner mayores impuestos a las grandes rentas para lograr una mayor justicia económica.

Finalmente, se destaca la propuesta de Gustavo Petro de impulsar las energías renovables, algo que también el mismo gobierno colombiano ya ha reconocido que debe hacerse, aunque no ha sido coherente del todo en este punto pues ha continuado estimulando el fracking y las energías dependientes del carbono. Un mayor impulso a las energías renovables colocaría a Colombia la vanguardia energética y prepararía al país para el momento en que la economía mundial abandone definitivamente el petróleo. Dicha reforma económica es algo que debe mirarse como algo al largo plazo, pero no pueden descartarse los beneficios económicos, como por ejemplo que el país pueda convertirse en exportador de energía eléctrica en el futuro, cuando esta pase a tener una demanda mayor. En este aspecto, la propuesta de Petro es una que debería ser seriamente considerada, pero no se debería exagerar los beneficios de esta transición ni olvidar otras fuentes de desarrollo que puedan aumentar el dinamismo de la economía y con ella la base gravable sobre la cual se cobran impuestos.

Curiosidad: Un elemento curioso de la última propuesta de reforma económica propuesta por Uribe es que ha hablado de educación gratuita y universal para los estratos más pobres de Colombia, hasta el estrato tres. No deja de ser paradójico que luego de tantos años en los que se ha denostado de las políticas propuestas por la izquierda ahora se estén adoptando algunas de ellas. Sin lugar a dudas con el tiempo va quedando claro que las líneas fijas entre lo que es la izquierda, el centro y la derecha cada vez van quedando más borrosas.

Con información de la Revista Semana y Portafolio.

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