Argelia, Chad, Iraq y Nigeria estarán entre las primeras naciones que se enfrenten a la inestabilidad política que los productores de petróleo sentirán en la medida en que las economías globales hacen su transición hacia una producción de energía baja en emisiones de carbono, de acuerdo a un nuevo reporte de la firma de consultoría de riesgos Verisk Maplecroft.
En América Latina, economías como las de Ecuador, Venezuela y Colombia también podrían enfrentar tensiones similares, debido a la escasa diversificación de su producción.
De acuerdo a la Agencia Nacional de Hidrocarburos de Colombia, el petróleo cuenta por cerca del 56% de las exportaciones del país, y son la principal fuente de ingresos del estado.
Para el caso colombiano, los sectores de la izquierda política han advertido largamente de los peligros de la dependencia del petróleo, tanto a nivel ambiental como económico. Sin embargo, los últimos gobiernos colombianos no se han involucrado de forma activa en una estrategia de diversificación de la economía, a pesar de la gran riqueza de la nación en otros recursos naturales y de una amplia mano de obra cualificada.
En su pronóstico de riesgo político publicado este jueves 25 de marzo, Verisk alertó que muchas naciones han fallado en diversificar sus economías y en alejarse de las exportaciones de combustibles fósiles, lo cual los enfrentaba a una “ola en cámara lenta de inestabilidad política”.
Con el movimiento de alejamiento de las economías mundiales de los combustibles fósiles acelerándose durante los próximos veinte años, y la pandemia del Covid19 comiéndose la ganancias de corto plazo de los ingresos de las exportaciones de petróleo obtenidas durante los últimos años, Verisk alertó que los países dependientes del petróleo están fallando en adaptarse a los fuertes cambios en el riesgo crediticio, de política y de regulación.
Aunque algunas naciones han incrementado sus inversiones en combustibles fósiles en el corto plazo, los consensos de las grandes firmas de riesgo indican que el “pico de la demanda del petróleo se alcanzará en el 2030”, aunque un informe de la firma petrolera BP de 2020 señaló que la economía mundial había alcanzado el pico de demanda de petróleo en 2019.
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La presión se sentirá con mucha más fuerza desde 2030
Los análisis y estudios de estas firmas también indican que después de 2030, la transición hacia una economía baja en emisiones de carbono ganará mucha más fuerza y los países que dependen de las exportaciones de petróleo tendrán que adaptarse para mantener estables sus fuentes de ingresos.
Los analistas sugieren que los países más afectados podrían entrar en un escenario de círculo económico y político vicioso en el que la baja demanda de petróleo cause inestabilidad política, y la inestabilidad política lleve a un crecimiento económico mucho menor.
Efectos de la caída de los precios del petróleo
Desde que los precios del petróleo colapsaran en el 2014, la mayoría de los exportadores han visto un estancamiento en el crecimiento de sus economías y no han podido adaptarse para diversificar su producción, según la información de Verisk destaca, con muchas naciones doblando la producción de petróleo en los años que siguieron al colapso de los precios de 2014 con el fin de rellenar sus huecos de ingresos.
“A pesar de esto, la mayoría de naciones petroleras vieron sus reservas de moneda extranjera afectadas de forma dramática, incluyendo Arabia Saudí, economía que agotó casi a la mitad sus reservas de dólares desde el colapso en los precios”, añadió el reporte.
Los costos de producción, la capacidad para la diversificación y la adaptabilidad política fueron identificados como los tres elementos clave determinando la gravedad del impacto de la reducción de los precios del petróleo en la estabilidad política y social cuando la transición energética comience a desplegarse.
Necesidad de reajustes
“Actualmente, si los balances externos, los precios del petróleo que ellos necesitan para pagar por sus importaciones, permanecen por encima de lo que los mercados pueden ofrecer, las naciones petroleras tienen opciones limitadas: atraer inversiones y reservas de moneda extranjera como hizo Arabia Saudí desde el 2014, o devaluar su moneda como hicieron Nigeria e Iraq en el 2020, o rebalancear de manera efectiva el balance de las importaciones y las exportaciones a expensas de los estándares de vida de la población”, el reporte explicó.
Nigeria, la economía más grande de África, depende de las ventas del crudo para cerca del 90% de sus reservas de moneda extranjera y a devaluado su monda, la naira dos veces desde marzo del año pasado. El Fondo Monetario Internacional urgió al banco central del país el año pasado a devaluar su moneda una vez más, pero esta iniciativa fue recibida con fuerte oposición en Nigeria.
Pocas opciones en el futuro
Los investigadores de Verisk sugieren que las recientes devaluaciones de moneda fueron un presagio de las opciones sombrías que tendrán a futuro las naciones petroleras, las cuales tendrán que diversificarse o enfrentarse a hacer dolorosos ajustes económicos.
“Muchas, si no la mayoría de las naciones que dependen netamente del petróleo van a luchar con la diversificación ampliamente porque ellas carecen de las instituciones económicas y legales apropiadas, de la infraestructura y del capital humano necesario”, dijo el presidente de riesgos de mercados de Verisk, James Lockhart Smith.
“Incluso aunque tales instituciones sean existentes, el ambiente político, la corrupción y los desafíos de gobernanza, así como los intereses establecidos significarán que algunas economías no podrán reformarse a tiempo, incluso donde ya hay agendas de transición hacia la diversificación”.
Las naciones más vulnerables
Las naciones más vulnerables son aquellas con los costos más altos de producción que son altamente dependientes de los ingresos del petróleo, las que tienen baja capacidad para diversificarse y las que son menos estables a nivel político, dijo Verisk, identificando a Nigeria, Argelia, Chad e Iraq como las primeras que serán golpeadas “si la tormenta estalla” debido a sus tasas de cambio fijas o con baja flexibilidad.
Las naciones del Golfo pérsico con instituciones económicas fuertes, y mayores recursos verán un proceso de diversificación más fácil, tales como los Emiratos Árabes Unidos y Catar, los cuales son vistos como los menos susceptibles a la agitación política. Sin embargo Lockhart Smith sugirió que incluso estas naciones no saldrán del todo bien libradas.
“Los regímenes políticos autoritarios estables son todo menos estables en el largo plazo, y los precios más bajos del petróleo significarán menores gastos sociales, presionando de forma adicional las instituciones de estos regímenes políticos frágiles”, dijo Smith.
“Incluso la diversificación podría traer sus propios riesgos políticos al desafiar los contratos sociales tradicionales de los Petro-estados: la legitimidad para gobernar empezará a desaparecer cuando desaparezca la generosidad derivada de los hidrocarburos”.
Con información de CNBC.