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¿El resurgir de las compañías petroleras privadas en Venezuela?

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Muy Financiero es un blog de noticias económicas que se escribe desde Colombia, y desde aquí siempre ( desde que tenemos memoria durante los últimos veinte años) se ha mirado a Venezuela como el ejemplo a no seguir cuando se trata de políticas económicas. Pero eso estaría a punto de cambiar, luego de las recientes noticias y desarrollos que podrían forzar al régimen de Nicolás Maduro a cambiar de posición frente a la empresa privada.

Pero esto no necesariamente significa el retorno de la democracia a Venezuela. Los rumores de privatizaciones en el sector energético y minero de Venezuela no vienen de la mano con promesas de reformas políticas. Esto es algo que quiebra el discurso tradicional que se ha elaborado desde Colombia en torno a Venezuela. Y es que cuando pensamos en el régimen de Nicolás Maduro tendemos a creer que las políticas socialistas vienen de manera inconfundible de la mano con el autoritarismo, mientras que a nivel interno tendemos a creer que nuestra preferencia por la economía de libre mercado viene con la promesa de la democracia y los desarrollos políticos concertados. ¿Pero que sucedería si, al igual que China o economías como Vietnam, Venezuela abriera su modelo económico a la libre empresa sin cambiar nada en su sistema político?

Bueno, aunque un pleno desarrollo la economía de mercado en Venezuela podría parece ser algo distante, lo cierto es que el régimen de Maduro ya ha empezado a dar pequeños pasos en esa dirección.

Hace poco, en un hotel de Caracas, Venezuela, un grupo de cabilderos internacionales de la industria petrolera se reunió con funcionarios del gobierno venezolano. El tema de discusión: Las promesas de privatización en el sector energético, las cuales podrían hacer que Venezuela volviera a convertirse en un gran exportador de petróleo y otras materias primas.

Según informó el diario colombiano Portafolio, ejecutivos de la firma Chevron Corp, de la empresa francesa Total SE y de la italiana Eni SpA estarían esperando a que el gobierno de los Estados Unidos levante las sanciones económicas que pesan sobre el régimen de Nicolás Maduro y la economía venezolana para hacer su incursión en este gran sector, en el que diariamente se mueven miles de millones de dólares. Pero la entrada de estos actores al sector productivo venezolano se podría adelantar si las reglas del gobierno venezolano respecto a la empresa privada cambian en el corto plazo.

“Quiero decir a los inversionistas de Estados Unidos y de todo el mundo que las puertas de Venezuela están abiertas para la inversión petrolera”, dijo el presidente Nicolás Maduro en una reciente alocución presidencial.

Si este cambio se da en los próximos meses, se trataría de una decisión que aliviaría mucho la situación de los venezolanos, quienes se han visto enfrentados a una escasez de combustibles para transportar alimentos y bienes básicos, al tiempo que a una creciente inflación que consume los salarios y a la escasez de múltiples ítems de la canasta de alimentos familiar.

Los analistas internacionales si el gobierno de Maduro logrará atraer la inversión que tanto necesita, pero hay algo que se da por descontado: los inversores internacionales y las compañías petroleras nunca habían estado en una mejor posición para negociar los más de 300.000 millones de barriles de petróleo que hay en el país. La situación desesperada de la economía venezolana podría forzar al régimen a conceder condiciones muy favorables a las compañías que deseen ingresar al país a operar.

Por otra parte, si las sanciones internacionales sobre el régimen disminuyen, es probable que sea mucho más fácil lograr aumentar la producción de Petróleo (la cual ha caído de forma dramática tras los sucesivos gobiernos socialistas que ha tenido Venezuela), según ha indicado Francisco Monaldi, profesor de economía energética del Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad de Rice y experto en la industria petrolera venezolana.

Luego de la muerte de Hugo Chávez, Maduro llevó a cabo una política energética mucho más agresiva con la industria privada. Maduro expropió los activos de Exxon Mobil Corp y CoconoPhillips, dejando a la compañía nacional PDVSA con el monopolio absoluto para la explotación de los recursos petroleros del país.

Los ejecutivos que representan a las empresas privadas que actualmente están dialogando con los funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro tendrían un papel muy importante en la definición de la nueva legislación, la cual le abriría de nuevo las puertas a la inversión extranjera en el país.

Chevron, por ejemplo, ya estaría contactando a contratistas para evaluar con qué rápidez podrían iniciar las actividades de explotación en la nación sudamericana.

Las actuales sanciones estadounidenses prohíben a las empresas internacionales hacer negocios con PDVSA o con el régimen de Maduro, pero si la nueva legislación le da una mayor libertad a las empresas privadas para tomar el control de los recursos naturales de Venezuela, estas corporaciones podrían entrar a Venezuela operando de forma independiente del régimen de Maduro, lo cual les permitiría no ser sujetas a ningún tipo de sanción. Otras compañías petroleras, a diferencia de Chevron y Total, esperarían a que el gobierno estadounidense levante todas las sanciones para entrar a operar en el país de forma completa.

Pero que Venezuela vuelva a sus días de gloria en cuanto a producción petrolera no sería una tarea nada fácil. Actualmente el país produce solamente medio millón de barriles de petróleo por día, muy por debajo de los 3 millones de barriles que el país producía en su mejor momento. El ministro de petróleo de Venezuela, Tareck El Aissami, prometió hace muy poco aumentar la producción de petróleo de Venezuela a los 1.5 millones de barriles de petróleo durante este año. Esa tarea sería algo muy difícil de lograr y se estima que el país necesitaría al menos unos 100.000 millones de dólares para poder restaurar la producción a más de 2 millones de barriles de petróleo por día, lo cual no se lograría sin el apoyo y las toneladas de inversión de la empresa privada.

Wilmer Ruperti es un millonario de las exportaciones nacido en Venezuela, y que se encuentra entre los empresarios reconocidos que han intentado hacer negocios con la estatal petrolera PDVSA a pesar de las sanciones. Si las compañías petroleras logran aprovechar su influencia en Washington, sería posible que Ruperti y múltiples empresas con intereses en la explotación tuvieran mejores condiciones para operar en Venezuela. Mucho de lo que suceda dependerá de las condiciones políticas y de la capacidad del régimen de Maduro para convencer al mundo de que permitirán una transición democrática y pacífica a futuro.

Actualmente el gobierno estadounidense reconoce al líder de la oposición Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela. Si el gobierno de Joe Biden permite que las empresas privadas reanuden sus operaciones en Venezuela, por ejemplo intercambiando gasolina y diésel por petróleo, eso sería un gran alivio para el país y le permitiría a los venezolanos tener alguna perspectiva de futuro.

Con información del diario Portafolio.

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