A diferencia de su predecesor, Joe Biden ha manifestado un claro interés en combatir el cambio climático, comprendiendo sus efectos y los enormes costos que tendría para la economía mundial y para la humanidad una catástrofe climática. Por esta razón, Biden ha invitado a sus rivales geopolíticos, incluyendo al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el presidente chino Xi Jinping, entre otros líderes, a las primeras conversaciones climáticas de su administración, un evento que Estados Unidos espera que ayude a dar forma y velocidad a los esfuerzos para reducir las emisiones de efecto invernadero derivadas de la contaminación por combustibles fósiles, según comentaron funcionarios de la Casa Blanca a The Associated Press.
El presidente está buscando revivir un foro liderado por Estados Unidos de las mayores economías del mundo para luchar contra el cambio climático, que una vez lideraron Barack Obama y George Bush, y que Donald Trump dejó languidecer. Los líderes de algunas de las naciones más afectadas por el cambio climático, y naciones que están comprometidas con la lucha contra el cambio climático, así como los de otras naciones que han fallado a sus compromisos están entre los 40 invitados restantes. La reunión será celebrada virtualmente el 22 y el 23 de abril.
El diario colombiano La República anunció que el presidente de Colombia, Iván Duque estaba entre los invitados a este importante foro, debido a que Colombia es una de las naciones que eventualmente serían más afectadas por el cambio climático.
Al celebrar la cumbre, Biden cumple una promesa de campaña y una orden ejecutiva ordenada hace poco. De la misma manera, la administración Biden ha organizado el evento para que coincida con el propio compromiso de los Estados Unidos de una mayor acción para frenar fuertemente las emisiones derivadas de las energías sucias como el carbón, el gas natural y el petróleo.
La sesión – ya sea que sea solo conversaciones o muestre algún progreso real – pondrá a prueba el compromiso de Biden de hacer del cambio climático una prioridad frente a la competencia política, los problemas económicos, políticos y los derivados de la pandemia. La reunión también será una gran evaluación – y potencialmente una vergüenza o un éxito diplomático – para ver si los líderes de Estados Unidos, y Biden en particular, pueden todavía influir en las decisiones globales después de que la administración de Trump se retiró del escenario internacional, sacudiendo alianzas políticas de larga data.
La administración Biden, de manera intencional trató de convocar líderes más allá de la esfera de aliados para las conversaciones, un funcionario de la administración dijo.
“Se trata de una lista de jugadores clave, y se trata de tener algo de conversaciones duras, importantes y pensadas”, el funcionario dijo, hablando en condición de anonimato al discutir los planes de Estados Unidos para el evento. “Dado cuán importante es este tema para todo el mundo, tenemos que tener la voluntad de hablar acerca del mismo y tenemos que tener la voluntad de hablarlo a los más altos niveles”.
El ex-presidente Trump se burló de la ciencia detrás del cambio climático y de las alertas de que resultaría en sequías, inundaciones, huracanes y otros desastres naturales. Él sacó a los Estados Unidos del plan de 2015 de las Naciones Unidas en los acuerdos climáticos de París como una de sus primeras acciones como presidente. Esto hace que la cumbre del próximo mes sea la primera y más importante de las acciones de un líder estadounidense en la materia en más de cuatro años, aunque los líderes de Europa y otras partes del mundo se han mantenido en conversaciones.
Los funcionarios de Estados Unidos y de otras naciones han concedido que la administración de Barack Obama estableció las bases necesarias para llegar al acuerdo de París. Estados Unidos y cerca de otros 200 gobiernos que estuvieron presentes en esas conversaciones establecieron objetivos por cuenta propia para reducir sus emisiones de efecto invernadero, y se comprometieron a monitorear y reportar sus emisiones. Otro funcionario de la administración Biden dijo que Estados Unidos todavía está decidiendo qué tan lejos irá la administración en establecer objetivos de recortes de emisiones más ambiciosos.
La administración Biden espera que el escenario de la cumbre del siguiente mes en el Día de la Tierra – la cual se planea que será virtual por cuenta de la pandemia del COVID19 y se podrá ver públicamente a través de transmisión de vídeo, incluyendo las conversaciones – animará a otros líderes internacionales a usar esta plataforma para anunciar compromisos más fuertes que los previamente establecidos, antes de la cumbre de noviembre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático en Glasgow.
La administración espera más ampliamente que la sesión ayudará a unir a los gobiernos para moverse hacia modos específicos y políticamente realistas de rediseñar sus medios de transporte y de energía y las economías en general, de manera que se puedan hacer compromisos más fuertes para lograr los objetivos futuros.
La cumbre convocada por los Estados Unidos “no se trata simplemente de deliberaciones, se trata de comprometerse realmente a un nivel de liderazgo, enviando una señal desde la perspectiva de los Estados Unidos sobre cuán seria es la problemática climática, y para que cada nación ponga sus cartas sobre la mesa de una forma significativa”, dijo el primer funcionario entrevistado por la AP, refiriéndose al próximo anuncio de Biden de objetivos más agresivos de su gobierno en cuanto a la reducción de emisiones. “Y esperamos que las demás naciones se nos unan”.
Así como los foros establecidos por Bush y Obama respecto al cambio climático, la invitación de Biden incluye a líderes de las economías más grandes del mundo y al bloque europeo. Esto incluye dos naciones – Rusia y China – con las cuales Biden y sus diplomáticos han tenido desencuentros, sobre interferencias en elecciones, ciberataques, derechos humanos y otros temas. No es claro aún cómo estas dos naciones en particular, responderán a la invitación de Estados Unidos, o si ellas estarán dispuestas a cooperar con Estados Unidos en reducir las emisiones de efecto invernadero, mientras chocan con Biden en otros temas. China es el emisor más grande del mundo de gases de efecto invernadero, Estados Unidos es el número 2, India el número 3 y Rusia el número 4.
Brasil está en la lista de las mayores economías del mundo, pero también es una nación que ha desatendido sus compromisos sobre el cambio climático bajo el gobierno de Jair Bolsonaro, quien ha renunciado a los esfuerzos de conservación ambiental para la selva amazónica, una región que es considerada como los pulmones del mundo, y que se unió a Trump al poner trabas a los compromisos internacionales frente al cambio climático.
Los cuarenta invitados también incluyen líderes de naciones que están enfrentando las más graves amenazas inmediatas relacionadas con el clima, incluyendo Bangladesh y las islas Marshall, países que son vistos como modelos de buen comportamiento climático, incluyendo Bután y algunas naciones escandinavas, y otras naciones africanas con grandes bosques que succionan grandes cantidades de CO2 de la atmósfera o que tienen grandes reservas petroleras. Polonia y algunos otros países en la lista son vistos como algunas de las naciones que se están moviendo más rápido en la eliminación de fuentes de energías dependiendo del carbón..
Como candidato Joe Biden se comprometió a invertir 2 trillones de dólares en inversiones para hacer de Estados Unidos una economía de cero emisiones de carbono para 2050, mientras que crea toda una red de tecnologías limpias y empleos verdes. Biden y otros funcionarios de su administración han declarado sus intenciones políticas respecto al cambio climático durante sus primeros días de conversaciones de uno a uno con líderes de otras naciones, y el enviado para el clima de Biden, John Kerry, se ha enfocado en un esfuerzo de diplomacia internacional para hacer una realidad los esfuerzos climáticos.
Con información de AP.