La economía de libre mercado describe al sistema económico donde las personas, voluntariamente, comercian con otros con base en su propio interés. Una economía pura de libre mercado tiene poca intervención del gobierno o regulación. En ella los individuos y compañías son libres de comerciar entre sí a voluntad.
La economía de mercado ha existido en varias formas desde que los seres humanos comenzaron a comerciar unos con otros. Los mercados libres emergieron como un proceso natural de coordinación social, de modo no muy diferente al lenguaje. Ningún intelectual inventó el intercambio voluntario o los derechos de propiedad privada; es probable que estos hayan emergido como una consecuencia natural del comportamiento humano.
Índice
Ideas clave
Un mercado libre es uno donde el intercambio voluntario y la oferta y demanda proveen las bases del sistema económico, con muy poca intervención gubernamental.
Una característica clave de las economías de libre mercado es la ausencia de transacciones coercitivas o condiciones en las transacciones.
Nadie inventó el sistema de libre mercado; este surgió orgánicamente como una institución social para el comercio y el intercambio de bienes.
Mientras que algunos puristas del libre comercio se oponen a todas las formas de intervención gubernamental y regulación, ciertas estructuras legales tales como los derechos de propiedad privada, la responsabilidad limitada, y las leyes de bancarrota han ayudado a estimular los mercados libres.
¿Cómo surgió el libre mercado?
Incluso sin dinero, los seres humanos se han comprometido en el comercio unos con otros. La evidencia de esto se puede rastrear mucho más antes de la historia escrita. El comercio era informal inicialmente, pero los participantes económicos eventualmente se dieron cuenta que un medio de intercambio monetario podría ayudarlos a facilitar estas transacciones benéficas.
Los medios de intercambio más antiguos conocidos eran los bienes agrícolas- tales como el grano o el ganado- probablemente datan entre el 9000 y el 6000 antes de Cristo. No fue hasta alrededor del año 1000 A.C. que las monedas metálicas fueron acuñadas en China y Mesopotamia y se convirtieron en el primer ejemplo conocido de un bien que funcionó exclusivamente como dinero.
Mientras que hay evidencia del sistema bancario en la Mesopotamia y Roma antiguas, el concepto no emergería de nuevo hasta el siglo XV en Europa. Esto no ocurrió sin una resistencia significativa; la iglesia inicialmente condenó la usura. Lentamente, después, los comerciantes, y los exploradores ricos comenzaron a cambiar las nociones de los negocios y el emprendimiento.
En qué consisten los mercados
La mayoría de mercados consisten de grupos de intermediarios entre un primer vendedor de un commoditie, bien o servicio y el comprador final. Hay todo tipo de intermediarios en los mercados, desde brókers en los grandes exchanges de valores hasta el comerciante de un pueblo. Ellos pueden ser simples con no equipamiento más que un teléfono, o ellos pueden proveer almacenamiento y desarrollar servicios importantes que van desde el empacado, selección, y otros. En general, la función de un mercado es recolectar productos de fuentes escasas y canalizarlos a tiendas distribuidas. Desde el punto de vista del vendedor, los comerciantes canalizan la demanda para su producto; desde el punto de vista del comprador, los comerciantes les ponen los productos a su alcance.
Hay dos tipos principales de mercados para los productos, en el cual las fuerzas de la demanda y la oferta operan bastante diferente, mientras que se sobreponen uno a otro en algunos casos. En el primer tipo, el productor ofrece sus bienes y servicios y toma cualquier precio que los compradores estén dispuestos a pagarle; en el segundo, el productor establece el precio y vende tanto como el mercado quiera tomar. En adición, con el crecimiento del comercio de bienes, ha habido también una proliferación de mercados financieros, incluyendo mercados de intercambios de valores y de dinero.
A continuación veremos los pilares fundamentales de una de las formas de mercado más conocidas: la economía de libre mercado.
Pilares de la economía de libre mercado
Hay dos pilares principales de la economía de libre mercado: el intercambio voluntario y la propiedad privada. Es posible que el comercio tenga lugar sin uno o el otro, pero eso no sería una economía de mercado, sino una economía centralizada.
La propiedad privada ha existido mucho antes de la historia escrita. Sin embargo, los argumentos a favor de la propiedad privada de los medios de producción no se producirían hasta los siglos XVII y XVIII. Uno de los grandes defensores de la propiedad privada fue el filósofo político John Locke.
Las economías puras de libre mercado son extremadamente raras en el mundo moderno. Esto es así debido a que casi todos los estados intervienen en ella por medio de impuestos y regulaciones. La mayoría de países en el mundo pueden ser descritos mejor como economías mixtas.
Libre mercado vs capitalismo
Es importante distinguir entre mercados libres y capitalismo. El capitalismo es un sistema organizacional sobre cómo los bienes son producidos. En este sistema, los propietarios de los negocios y los inversores (capitalistas) ensamblan los recursos productivos en una entidad centralizada, tal como una compañía o corporación.
Estos propietarios de negocios poseen todas las herramientas, maquinaría, y otros recursos usados en la producción, y mantienen la mayoría de las ganancias. Al mismo tiempo, contratan empleados como fuerza de trabajo y les dan salarios en retorno por su labor. Los trabajadores no poseen ninguna de estas herramientas, como materias primas, productos finalizados, ni las ganancias, ellos solamente trabajan por un salario.
Por otra parte, una economía de libre mercado describe cómo las leyes de oferta y demanda serán afectadas por las decisiones de los actores económicos. Un mercado libre puede describir el comportamiento de los consumidores en el capitalismo industrial, pero también puede referirse a las interacciones de los comerciantes en las sociedades preindustriales.
Resistencias históricas a las fuerzas del mercado
Muchos avances históricos en las prácticas del libre mercado han enfrentado la resistencia de las élites existentes. Por ejemplo, la tendencia del mercado hacia la especialización y la división del trabajo iba en contra del sistema de castas de la Europa Feudal. El mercado halló resistencia entre la aristocracia que se oponía a trabajadores especializados y más libres.
La producción en masa y el trabajo de fábrica similarmente fueron desafiados por los gremios políticamente conectados. El cambio tecnológico fue famosamente atacado por los luditas entre 1811 y 1817. Karl Marx creía que el estado debería tomar toda la propiedad privada y los medios de producción. En consecuencia, los luditas veían a las máquinas como enemigas porque generaban desempleo masivo. Marx veía en el mercado a un enemigo a vencer ya que creía que inevitablemente generaba explotación de los obreros.
La autoridad central y la planeación del gobierno han permanecido como los principales desafíos de la economía de mercado a lo largo de la historia. En el lenguaje contemporáneo, esto es presentado como una lucha entre comunismo y capitalismo. Mientras que las distinciones técnicas pueden ser evaluadas a lo largo de las distinciones entre estas palabras y sus significados, ellas representan las manifestaciones modernas del conflicto entre los mercados voluntarios y el control gubernamental.
La mayoría de economistas contemporáneos están de acuerdo en que el libre mercado es más productivo y opera de forma más eficiente que las economías planificadas. Pero incluso allí, todavía hay un debate considerable sobre el grado correcto de intervención gubernamental y libertad económica.
Oposición corporativa al libre mercado
Aunque pueda parecer una paradoja, a lo largo de la historia las grandes corporaciones también se han opuesto de manera férrea y decidida al libre mercado.
Las principales corporaciones que se han opuesto al libre mercado son aquellas que retienen monopolios sobre ciertos productos, por medio de patentes o poder de mercado, o las que tienen monopolios sobre ciertas jurisdicciones y países. En pocas palabras, cuando una empresa es protegida por el estado, como en el caso de una empresa pública o una compañía amiga del gobierno, esta puede evitar que la competencia se lleve a sus clientes
Los críticos del sistema de libre mercado sostienen que este no siempre tiende a funcionar bien, y que requiere cierta intervención gubernamental. Los monopolios pueden surgir de manera natural en un mercado e impedir por tanto que el sistema de libre mercado funcione de manera adecuada.
¿Quién descubrió los principios de la economía de mercado?
El estudio de las economías de mercado frecuentemente se remonta a Adam Smith, quien describió las relaciones entre productores y consumidores en la Riqueza de las Naciones. David Ricardo, después formalizó un modelo matemático de esta relación en Los principios de la economía y los impuestos.
¿Cuáles son las características de la economía de mercado?
Las economías de mercado están caracterizadas por la existencia de la propiedad privada y las transacciones voluntarias entre los actores económicos. Aunque puede haber algunas transacciones no voluntarias, tales como los impuestos, los productores y los consumidores en una economía de mercado son principalmente libres de perseguir sus propios intereses.
¿Cómo funciona una economía de mercado?
En una economía de mercado, la asignación de recursos está determinada por el resultado de muchas transacciones pequeñas de miles de actores económicos que buscan su propio interés. En cualquier momento en que ciertos productos se encuentren en una alta demanda, los precios para estos productos tienden a incrementarse, creando incentivos financieros para que los productores incrementen la producción. A esto se le conoce como la ley de la oferta y la demanda. Este sistema es lo opuesto a la economía dirigida, donde los recursos y bienes son distribuidos y organizados por una autoridad central.
Críticas a la economía de libre mercado
Generalmente una economía de libre mercado debería ser más eficiente que otros sistemas económicos. Sin embargo, los críticos argumentan que la economía de libre mercado no siempre es eficiente.
Primero, los precios podrían no reflejar completamente los costos y beneficios de ciertos productos y servicios, especialmente los costos para el medio ambiente.
Los bienes públicos generalmente reciben poca inversión, son explotados en detrimento de otros o de las futuras generaciones, a menos que tal explotación sea prohibida por e estado. Segundo, un mercado libre podría tentar a los competidores para aliarse, lo cual hace que la legislación antimonopolio sea necesaria. Las leyes antimonopolios y regulaciones similares son necesarias especialmente en casos donde ciertos actores del mercado, tales como las compañías, adquieran demasiado poder de mercado.
Tercero, los costos de las transacciones podrían significar que algunos intercambios son llevados a cabo de manera jerárquica en lugar de al contado, donde el pago y la entrega se hacen al mismo tiempo. Así mismo, la asignación óptima de recursos de Pareto en un mercado libre podría violar los principios de justicia distributiva y haría que se requiera intervención gubernamental.
En respuesta a estas críticas, los economistas Ronald Coase, Milton Friedman, Ludwing Von Mises, y Friedrich Hayek, entre otros, han argumentado por la necesidad de robustecer los mercados porque “ellos pueden ajustarse para internalizar las supuestas fallas de mercado en muchas situaciones”. Por ejemplo, muchos bienes tradicionalmente conceptualizados como bienes públicos, y que requieren ser provistos por el gobierno, han mostrado ser abiertos a la contratación de libre mercado. Los libertarios son fuertes defensores de la idea de que un sistema de libre mercado provee el mejor sistema económico.
Evolución de la economía de libre mercado en el siglo XX y XXI
Mientras que no existe en la práctica una economía de libre mercado pura, el siglo XX ha demostrado ser un espacio de discusión fuerte entre puristas del libre mercado e intervencionistas estatales.
Entre los economistas más cercanos a una especie de purismo de libre mercado encontramos a Friedrich Hayek, Milton Friedman y Ludwing Von Mises. Y mientras que perspectivas cercanas al purismo de libre mercado han sido defendidas por gobernantes como Margareth Thatcher y Ronald Reagan, durante el siglo XX, también surgieron grandes economistas que intentaron moderar esta posición.
Entre los economistas y pensadores que han contribuido a moderar las posiciones de la economía de libre mercado se encuentran John Maynard Keynes, John Hicks, Edmund Phelps y Paul Samuelson, quienes han defendido la importancia de la acción gubernamental para corregir los fallos del mercado.
En términos generales, los economistas neokeynesianos, han propuesto una síntesis entre la economía clásica de libre mercado con los postulados keynesianos.
Después de la crisis económica de 2008, economistas como Ben Bernanke, quien además también fue presidente de la Reserva Federal, impulsaron de nuevo el pensamiento neokeynesiano. Con los rescates de los grandes bancos, Bernanke demostró que el papel del estado era crucial para enfrentar las crisis de una economía de libre mercado. De nuevo, en las crisis económica de 2020, Jerome Powell, presidente de la Fed, atestiguó la importancia de la acción gubernamental para enfrentar las crisis.
En consecuencia, si algo ha demostrado la historia de la economía de libre mercado es que esta no se puede imponer de forma absoluta. El libre mercado tiene sus limitaciones y fallas. Estas fallas generalmente son conocidas como fallos del mercado o externalidades. Para poder resolver estas fallas siempre es necesaria la acción coordinada entre el estado, la sociedad y el mercado.
¿Es el libre mercado una ideología?
Al tiempo que el estado ha contribuido de manera significativa a la construcción de mercados, con herramientas como los derechos de propiedad, la acción armada para defender los mercados y las corporaciones, muchos economistas y pensadores consideran que el mercado libre no es una realidad orgánica.
Economistas como Paul Krugman y Joseph Stiglitz sostienen que el mercado libre se ha convertido en una ideología. Stiglitz habla en concreto de fundamentalistas de mercado para referirse a los defensores acérrimos de la economía de libre mercado. Estos economistas, y otros, como Yanis Varoufakis, sostienen que el libre mercado es una realidad social impuesta por las élites que se benefician de este sistema.
Así, la labor de la acción política debe ser encontrar las mejores soluciones económicas que combinen libertad económica, (por sus beneficios), con el control gubernamental ( para limitar sus fallos). Esta última posición es la que hoy defienden la mayoría de economistas ortodoxos, incluso en instituciones que otro tiempo eran pro-libre mercado como el FMI y el Banco Mundial.
En definitiva, hoy la economía de libre mercado es objeto de muchas críticas, aunque se le conceden beneficios prácticos. Aún así, principalmente se le considera una ideología, más que una realidad orgánica o natural. Igualmente, la forma pura de economía de libre mercado nunca ha sido aplicada e incluso se le considera nociva.
Con información de Investopedia y Britannica.