Después de cuatro años de una agenda decididamente proteccionista, la secretaria del Tesoro de los Estados Unidos está aquí para decirle al mundo que las cosas están a punto de cambiar para la economía más grande del planeta.
La funcionaria del gabinete a cargo de la agenda económica de la administración Biden ha establecido un conjunto de principios este lunes que difieren de lo planteado por la anterior administración en cuanto a las prioridades a abordar, tanto como uno podría imaginar.
Uno de ellos es la salida de la constante pelea y resuene de sables contra China que caracterizó a la administración Trump. En su lugar hay una política que “será competitiva donde deba serlo, colaborativa donde pueda”, pero solo de confrontación en “donde deba”.
Donde el secretario del Tesoro de la administración Trump, Steven Mnuchin, usó su posición para elaborar guerras con sus tradicionales adversarios como China, pero también con tradicionales aliados como Alemania, Yellen ha enfatizado en que “América primero nunca debe significar América Sola”.
Y mientras que la anterior administración prestó poca atención a temas como la diversidad y el cambio climático, Yellen ha dicho que ambas prioridades en el centro de la agenda social de los Estados Unidos, pero también dentro de su agenda económica.
Dibujando una línea ente el pasado y el presente, Yellen aseguró en un discurso ante el Consejo de Asuntos Internacionales de Chicago, que “la diferencia más importante hoy es un reconocimiento fundamental de que nuestras políticas internas e internacionales deben ser diseñadas para ser inclusivas, enfrentar la desigualdad, y respetar nuestro medio ambiente”.
Un discurso global para una audiencia global
La retórica aguda del mensaje de Yellen, sin embargo no fue un discurso político ordinario.
En vez de eso, sirve esencialmente como un preludio para la reunión de esta primavera del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.
El mensaje: La globalización, y el rol percibido de los Estados Unidos como el centro dentro de esta misión, están de nuevo de vuelta.
“Durante los últimos cuatro años, hemos visto de primera mano lo que sucede cuando América se retira del escenario internacional”, dijo Yellen. “América primero nunca debe significar que América tenga que trabajar en solitario. Para el mundo de hoy, ningún país solo puede proveer una economía fuerte y sostenible para su propia gente”.
Sin embargo, estas no fueron las únicas palabras de la secretaria Yellen para la anterior administración.
Sin nombrar al ex-presidente Trump, ella criticó la lenta respuesta a la pandemia del coronavirus, diciendo que la Casa Blanca “falló en comprometerse desde lo primeros días en enfrentar la crisis más allá de nuestras fronteras”, las cuales dijo Yellen, hicieron que el desempeño económico fuera mucho peor. Ella destacó la importancia de no simplemente detener el virus en casa, sino también en ayudar a combatirlo en otras naciones.
Sin embargo, antes de que la pandemia llegara, la economía estaba funcionando bien bajo el gobierno proteccionista de Trump, quien frecuentemente usó el termino “globalistas” sin ningún reparo, incluso contra algunos de varios funcionarios de su propia administración.
El desempleo estaba en su punto más bajo en cincuenta años, la inflación estaba bajo control, y la administración, a pesar de la repetida alienación de sus aliados en todo el mundo, pudo ser capaz de negociar un tratado de libre comercio con Canadá y México, y redibujó varios acuerdos en otras partes del mundo.
Prominentes funcionarios económicos, incluyendo al presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, han lamentado que la brecha de la riqueza, la cual se estaba cerrando significativamente antes de la pandemia, se estuviera ampliando de nuevo, en gran parte debido a las restricciones económicas diseñadas y puestas en marcha para combatir el virus.
A pesar de las críticas desde la izquierda política por el manejo del comercio mundial y la gran cantidad de tarifas que la administración puso, Biden ha indicado que por ahora se harán pocos cambios a este enfoque. El gran conjunto de las tarifas comerciales puestas por la administración Trump han quedado inalteradas.
Aún más, los años de Trump en el gobierno dieron lugar a una tendencia económica consistentemente al alza, sin mencionar un fuerte mercado bursátil.
Para Yellen, sin embargo, el mensaje fue mucho más allá de los números que dejaba la pasadas administración.
Una economía mundial más incluyente
Yellen habló acerca de las mujeres que han sido desplazadas de la fuerza laboral, y enfatizó en la importancia de proveer ayuda a las minorías que han sido desproporcionadamente golpeadas durante la pandemia. El cambio climático, ha dicho ella, es “la amenaza más grande de largo plazo que el mundo enfrenta hoy”.
En general, ella dijo que el objetivo de la administración Trump era “luchar contra la pobreza y promover una economía mundial más incluyente que se alinee con nuestros valores”.
Desde una perspectiva de titulares, las dos propuestas más grandes en el discurso de Yellen fueron que el G20 llegara a un acuerdo en un impuesto corporativo mínimo global, y otro objetivo, anunciado la semana pasada, de aprobar los 650.000 millones de dólares en derechos especiales de giros que Estados Unidos proveerá a los países miembros del Fondo Monetario Internacional para que puedan obtener financiación en términos más cómodos para superar la crisis económica generada por la pandemia.
Pero ambos movimientos están de forma distintiva lejos del enfoque global que la administración Trump persiguió durante los últimos cuatro años, un enfoque que tiene como fin llevar de vuelta a casa las ganancias que se han ido a los paraísos fiscales por cuenta de los impuestos corporativos.
A pesar de las probables críticas de que el enfoque de Biden podría amenazar a Estados Unidos a nivel interno, el discurso de Yellen envió un claro mensaje de que los días en que América únicamente se preocupaba por su propia bienestar se han terminado por ahora.
“Mientras que hemos abrazado el comercio como un motor de nuestro crecimiento, hemos dejado atrás a aquellos que no se han beneficiado por cuenta de esta. Y durante el periodo más reciente, cuando podríamos haber adoptado políticas en casa para enfrentar estos temas, y unirnos a nuestros aliados para enfrentar las preocupaciones globales, nos hemos aislados a nosotros mismos del orden internacional que nosotros mismos creamos”, dijo Yellen.
“Podemos hacerlo mejor”, ella añadió, en consideración a la desigualdad. “Debemos hacerlo mejor”.
Con información de CNBC.