El grupo de los 7, o el G7, ha acordado un plan de infraestructura para competir con la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda China, pero eso no detendrá el masivo plan de China, según ha dicho un experto en gobernanza económica global este lunes.
Los líderes de las naciones del G7 se reunieron en una cumbre de res días en el sureste de Inglaterra. La reunión finalizó este domingo y fue el primer encuentro cara a cara de los líderes en dos años. El plan de infraestructura del grupo es parte de un contragolpe colectivo y más amplio contra China, este contragolpe se dan en temas como los derechos humanos y las prácticas competitivas estatales, que según Estados Unidos, minan la competencia justa.
“Esto no se trata realmente de detener la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, pero pienso que el G7 está señalando que ellos quieren ofrecer una alternativa que realmente se basa en dos grandes cosas que estos países pueden ofrecer”, dijo Matthew Goodman, senior vicepresidente para economía del tanque de investigación basado en Washington llamado el Centro para los Estudios Internacionales estratégicos.
La Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda es un plan ambicioso para construir infraestructura física y digital para conectar cientos países de Asia, África y Europa. Los críticos de esta iniciativa consideran que se trata de un programa con el sello del presidente chino Xi Jinping para expandir la influencia de su país en la política internacional.
Goodman, quien es también presidente de política económica en el CSIS, le dijo a CNBC en el programa Squawk Box Asia que el grupo de los siete podría hacer una contribución significativa para cerrar la brecha de infraestructura global al canalizar inversiones hacia las naciones en desarrollo.
Pero en adición a esto, las siete democracias podrían crear mejores salvaguardas para los proyectos de infraestructura- incluyendo transparencia, responsabilidad, así como estándares sociales y ambientales más altos, dijo Goodman.
“Yo creo que eso es lo que ellos están tratando de dejar claro aquí. Que ellos puedan llevarlo a cabo es otra historia, y se trata de algo muy complicado”, añadió Goodman.
Estados Unidos y muchos otros países han sido críticos de la iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, acusando a Beijing de dejar a los países participantes cargados de deudas impagables, mientras que benefician a las compañías chinas, muchas de ellas estatales. En adición a las preocupaciones medioambientales del plan, los críticos también han cuestionado la transparencia de los acuerdos.
Confrontando a China
China fue prominentemente citada en el comunicado final del G7 este domingo. Los países del G7 son Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y los Estados Unidos.
En adición a recordar los abusos de derechos humanos cometidos en la región de Xinjiang y las prácticas comerciales injustas, el G7 también llamó a establecer una mayor transparencia en las investigaciones sobre los orígenes del Covid19. Ellos declararon la importancia de la paz y la estabilidad a lo largo del estrecho de Taiwán, y expresaron sus preocupaciones acerca de las tensiones en la región Oriental y el Mar del Sur, donde China ha estado haciendo reclamaciones territoriales sobre el mar de sus vecinos.
Beijing respondió airadamente al comunicado este lunes.
La embajada china en el Reino Unido firmemente se opuso a la declaración del G7 y se manifestó fuertemente insatisfecha. En una declaración hecha en mandarín y traducida por CNBC, la embajada urgió a Estados Unidos y a otros miembros del G7 a dejar de calumniar a China y a dejar de interferir en los asuntos internos de China.
Antes de la publicación del comunicado de la embajada de China, Goodman dijo que Beijing no debería estar sorprendido por el contragolpe del G7. El dijo que el grupo había querido mostrar que las naciones democráticas estaban trabajando juntas para enfrentar los desafíos globales, en contraste con sus rivales autoritarios como China y Rusia.
“Pienso que el tono es bastante claro acerca de la preocupación que los países del G7 tienen respecto a la economía y el poder chino, se trata de la coerción económica, sus políticas antimercado, sus abusos de derechos humanos”, dijo Goodman.
“Y pienso que el mensaje ya estaba bien transmitido en el periodo previo a la cumbre, de manera que Beijing no debería estar sorprendido.”
Con información de CNBC.