¿Cómo el mundo puede enfrentar la desigualdad?
La pandemia del Covid19 ha exacerbado las desigualdades económicas dentro de los países. Las respuestas de política diseñadas para mitigar estas desigualdades, ya sea en la forma paquetes de alivios de emergencia o protecciones del bienestar han probado ser mayormente soluciones de corto plazo. Sin embargo, en el largo plazo, las consecuencias distribucionales de la pandemia entre y dentro delos países, como en las pandemias previas y en las recesiones previas, están atadas a un incremento de la desigualdad.
De acuerdo a la base de datos de desigualdad mundial del 2020, América Latina y el Medio Oriente, permanecen como las regiones más desiguales del planeta, con el top 10% de de los más ricos capturando el 54 y el 56% de los ingresos nacionales respectivamente. A pesar de que las naciones del Golfo ( Bahrein, Kuwait, Omán, Catar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí) tienen los niveles de PIB per cápita más altos, ellas también niveles altamente marcados de desigualdad, con pocas variaciones desde los años noventa. Sin embargo, el cambio más notorio ha sido en la concentración de los ingresos en Estados Unidos, con el top 10% de las personas más ricas del país viendo un incremento de su riqueza del 34% al 45% del ingreso nacional desde 1980 hasta el 2019.
Los datos son indicador de que las naciones con fuertes inversiones en servicios públicos, protección social y políticas claras para proteger el mercado laboral, tienen los niveles más bajos de desigualdad, con Europa viendo los menores niveles de desigualdad dentro de todas las regiones debido a sus impuestos progresivos y redistributivos, los cuales se pueden ver en el Índice de Compromiso para reducir la desigualdad.
Ver la desigualdad global más allá de los lentes de la distribución de los ingresos, es crucial para tomar en consideración los factores multidimensionales como la movilidad social, la igualdad de género, la infraestructura para obtener ingresos básicos, el acceso a la tecnología, la voz de la sociedad civil, la privacidad, las protecciones ambientales y sociales, las leyes de impuestos progresivos y los derechos laborales, de manera que se pueda examinar cómo las sociedades logran reducir la desigualdad y servir a los intereses públicos.
La crisis del Covid19 nos ha forzado a re-imaginar nuestro futuro compartido en la medida en que el mundo intenta reconstruir la economía. Desde propuestas que van desde un ingreso básico universal y cerrar el déficit fiscal hasta el naciente debate sobre las herencias para todos, el impacto asimétrico de la pandemia y la recuperación divergente, es una llamada para todos nosotros para que podamos construir de nuevo una sociedad que funcione en un sentido amplio.
La mitigación de la desigualdad demandará ahora una mezcla de cambios, desde los que van de abajo hacia arriba como los que van de arriba hacia abajo, que reconozcan los sistemas económicos y sociales que están agravando la desigualdad y que estos son un asunto de elección política, no simplemente el resultado de sistemas económicos indomables. ¿Qué haremos después de este reconocimiento?
El Foro Económico Mundial le ha preguntado a 7 expertos de su Red de experticia, para que provean su perspectiva sobre cómo podemos construir un mejor futuro donde nadie sea dejado atrás. Esto es lo que ellos dijeron:
Índice
Es crucial incrementar el salario mínimo
Tak Niinammi, director ejecutivo en Suntory Holdings y Asesor económico senior del primer ministro de Japón.
La pandemia ha dejado claro que Japón también se enfrenta al problema de la desigualdad. El crecimiento de la brecha debe ser prevenida por todos los medios ya que esto podría llevar a una agitación social y a una división de la sociedad. En el corto plazo, dados los salarios comparativamente bajos de Japón, es crucial incrementar el salario mínimo e implementar de manera completa una política de pago igual para el trabajo, de manera en que se pueda supera la brecha entre los trabajadores regulares y no regulares.
La aceleración de la redistribución de la riqueza también es algo obligatorio. Los impuestos sobre los bienes y las ganancias de capital deben ser incrementados, de manera que estos recursos puedan ser utilizados para financiar a las organizaciones sin ánimo de lucro que pueden tomar medidas contra temas críticos, tales como la pobreza y la soledad.
Aún más, en el largo plazo, creo que la educación es clave en la tarea de mitigar la desigualdad. La creciente brecha en la educación puede ser una mala herencia para las generaciones futuras, creando un efecto de cadena que debe ser evitado. La tecnología puede demostrar ser una solución si puede ser aplicada para asegurar oportunidades más igualitarias, proveyendo educación de alta calidad para todos y en cualquier parte, no importa dónde vivas.
Un sistema de educación y salud universal bien financiado debe ser el legado de la pandemia
Deepak Xavier, Director de campañas y abogacía contra la desigualdad de Oxfam International.
El mundo se arriesga al incremento más grande en la desigualdad desde que los registros comenzaron, y hoy es la desigualdad la que perpetúa el Covid19, enfermedad que está terminando con tantas vidas. La desigualdad grotesca en el acceso a la salud está demostrando ser fatal. No tener una cama de hospital u oxigeno médico en frente de la pandemia, es un realidad suficientemente intimidante. Sin embargo, para la mayoría del mundo, este ha sido el caso. En los tiempos anteriores a la pandemia, 10.000 personas morían diariamente debido a la carencia de acceso a la salud. Hoy esos registros son peores.
El progreso en la salud universal es algo que se puede lograr – como países como Costa Rica han mostrado. Implementar un sistema de impuestos progresivos y más justos para evitar la concentración de la riqueza en las manos del 10% más rico es una de las forma de brinda un estimulo fiscal. Un impuesto del 0.5% adicional en el 1% más rico solamente podría llevar a las arcas públicas 418 mil millones de dólares año, dinero que podría ser redistribuido por medio de la mejora y la creación de sistemas de salud más resilientes. La emisión de 1 trillón de dólares en derechos especiales de giro por parte del FMI podría incrementar de forma dramática, los fondos disponibles para estos países. Por ejemplo, el gobierno de Etiopía tendría acceso a 630 millones de dólares adicionales, lo suficiente como para incrementa su gasto en salud por cerca del 45%.
Sistemas de salud universal bien financiados y de calidad deben ser el legado de la pandemia: Salvar vidas y mejorar la preparación de los sistemas de salud para enfrentar futuras pandemias.
Apoyar a las personas fuera del horario laboral
Leslie Parker, Socia y miembro de la Junta de directores de Kearney
Parecía que había poca relación entre nuestro trabajo y nuestras vidas personales. Desde el Covid19, eso ha cambiado. El nuevo modelo de trabajo desde el hogar nos ha dado un acceso más íntimo a la vida de nuestros colegas y de ellos a nuestras vidas personales, lo que nos ha llevado a descubrir un nuevo conjunto de desigualdades.
Hemos visto a los miembros de la familia enfrentando discusiones y problemas sobre la toma de responsabilidades de cuidado, al tiempo que luchan con las demandas de sus empleos. Hemos visto personas que viven solas, las cuales no pueden encontrarse físicamente con otras personas durante la semana. Hemos visto a los compañeros del hogar sentándose tres en la misma mesa y tratando de trabajar al mismo tiempo. Y hemos visto laptops apoyados en las cocinas, conjuntos de cajas y pares de rodillas, en la medida en que los miembros de una familia buscan un espacio elusivo y quieto para trabajar o intentan cambiar de escenario.
La habilidad para trabajar desde casa es una posición increíblemente privilegiada para muchos. Pero con los patrones de empleo y las normas cambiando más allá de todo reconocimiento necesitamos políticas que enfrenten estas y otras desigualdades – incluyendo la incapacidad para elegir el puesto de trabajo, las cuales deben ser tenidas en cuenta. NO es suficiente con conceder algunos derechos para tener equipamiento para trabajar desde casa. ¿Qué hay de el cuidado de los ancianos y de los niños, o de las ayudas necesarias para enfrentar la soledad? ¿Por qué no ayudar a los equipos a crear mejores conexiones con sus compañeros de trabajo lo cual se puede hacer brindando una hora feliz y más tiempo más allá de la laptop? Necesitamos ir más allá en términos de programas de inclusión, diversidad y equidad, así como en el desarrollo de políticas que apoyen a las personas más allá del típico horario laboral.
En Kearny hemos tomado pasos al pedirles a nuestros empleados alrededor del mundo que nos digan qué puede mejorar sus vidas y qué podemos hacer como líderes para apoyarlos. Ya hemos visto un bienestar mayor en términos físicos y mentales como un tema importante. Hemos introducido más programas de salud física y mental con clases gratuitas disponibles para los empleados, rediseñando nuestras estrategias para los modelos de trabajo del futuro y permitiendo más flexibilidad en horas laborables y locación de trabajo ( Ya no más el modelo de trabajo de cinco días a la semana). De la misma manera se ha ofrecido la opción de espacios de trabajo compartidos para los empleados cuya situación laboral actual es precaria en términos de salud mental, así como mejores guías de coaching y entrenamiento en la ausencia de un apoyo en persona para los trabajadores.
Promoción de sistemas más transparentes y evaluables
Ibrahima Hathie, distinguida colaboradora de la Iniciativa prospectiva Agrícola y Rural de Senegal y miembro de la red de La Voz del Sur.
El objetivo de desarrollo sostenible número 10 de las Naciones Unidas para el 2030 busca “reducir la desigualdad dentro y entre los países”. Aún así, las métricas de este objetivo y los indicadores se enfocan en la desigualdad horizontal y en la exclusión de los vulnerables y los marginalizados de las oportunidades. El amplio principio de las Naciones Unidas de “No dejar a nadie atrás” refleja esta orientación y los llamados de esta agenda. Sin embargo, falla en enfrentar los profundos y enraizados problemas económicos y políticos sistémicos que preservar y frecuentemente amplifican, las desigualdades verticales.
Un camino para lograr esto debe ser buscar reducir la influencia política de las élites en la formulación e implementación de las políticas públicas. Esto podría promover el desarrollo de sistemas más transparentes y responsables. Enfrentar las desigualdades entre las naciones también es imperativo si queremos enfrentar las consecuencias que sufren aquellos que son más vulnerables en las naciones en vías de desarrollo. Enfrentar las desventajas que se sobreponen a través de una estrategia comprehensiva de desarrollo puede ser una respuesta excelente a las desigualdades verticales. Las desigualdades verticales requieren más: Instituciones económicas progresivas con impuestos adecuados para enfrentar la pobreza, inversión, y comercio.
En Senegal, por ejemplo, el gobierno debería elegir e invertir fuertemente en la cadena de valor de los alimentos, financiando la investigación de las cadenas de valor, entrenando a las familias de agricultores, a los emprendedores y técnicos agrícolas y a los ingenieros, así como introducir una gobernanza multisectorial para asegurar una coordinación adecuada para lograr los objetivos establecidos en la Declaración de Malabo. Esto podría llevar a incrementar el desarrollo industrial, mejorar la salud y la nutrición, y a crear decentes y abundantes trabajos para los más jóvenes y para las mujeres.
Los aspectos básicos de la creación del conocimiento y la colaboración deben ser enfrentados
Marie McAuliffe. Directora de la División de Investigación en Migración de la Organización Internacional para la Migración.
En adición a las medidas para mejorar la protección social de los trabajadores migrantes, reducir los costos de las transferencias internacionales, e impulsar los derechos de los migrantes a través del proceso de migración, los aspectos fundamentales de la creación de conocimiento y la cooperación deben ser enfrentados. La comunidades afectadas e impactadas por las creciente desigualdad deben ser parte de los procesos dirigidos a formular respuestas efectivas.
Los expertos de las naciones en vías de desarrollo y las instituciones de investigación deben ser capaces de participar significativamente en la investigación, proposición y diseño, así como en la evaluación de soluciones de acuerdo a sus prioridades y necesidades. Un enfoque más grande en el apalancamiento de oportunidades para emprender la investigación participativa y colaborativa con las poblaciones marginalizadas es necesario hoy más que nunca. Solo entonces pueden las respuestas programáticas y de política diseñadas para reducir la desigualdad global, ser realmente sostenibles.
Nosotros abogamos por este enfoque como parte de las consultas de la ruta de investigación de la Naciones Unidas para el COVID19, las cuales hacen un fuerte caso para la investigación participativa que apoyen las transformaciones de largo plazo. En 2017, La Organización Internacional para las Migraciones invitó a los investigadores más prominentes del mundo en migración para que se unieran para colaborar con sus conocimientos en el apoyo de un programa global para el 2018 que promoviera una migración ordenada, compacta, segura y regular. Como consecuencia de esto, la resolución para la Migración Compacta, Ordenada, Regular y Segura fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018.
Incrementar las inversiones públicas en las economías de cuidado formales e informales.
Susan Ferguson, Representante de las Mujeres por India en UN Women.
La crisis de la pandemia del Covid19 en la India ha impactado la vida de millones de personas, no solamente a aquellos que están sufriendo de la enfermedad, sino también a aquellos que cuidan de ellos. Como siempre, las mujeres han tenido que llevar con gran parte de la carga del cuidado de los enfermos y encontrar la forma de satisfacer las necesidades básicas de sus familias. Un reporte reciente de Oxfam muestra que las mujeres y las niñas de la India han puesto 3.260 millones de horas de trabajo no pagado cada día – una contribución de al menos 19 trillones de rupias cada año- como aporte a la economía.
Aún así, las tareas realizadas en la casa no han sido consideradas como “trabajo”, esto debido a las desiguales normas de género y a las normas de las castas. Y ahora, después de la segunda ola de infecciones de COVID19, la combinación de la enfermedad, el trabajo no pago, la ralentización económica y la carencia de acceso a la financiación para las mujeres emprendedoras, significa que muchas mujeres son incapaces de volver al trabajo.
Si estas tendencias no son reversadas, ellas tendrán un impacto devastador en la economía y exacerbarán aún más la desigualdad de género. Para que esta generación de mujeres, emerjan relativamente no afectadas de esta pandemia y sean capaces de volver a la fuerza laboral, debemos invertir fuertemente en la educación y en los medios de sustento de las mujeres y las niñas de la India.
El programa de Educación Segunda Oportunidad de UN Women es un ejemplo sobresaliente de cómo podemos y debemos enfocarnos en las necesidades vitales de las mujeres justo ahora, antes de que la brecha de la desigualdad se ensanche aún más. Otra manera de mitigar la crisis de la desigualdad podría ser incrementar las inversiones públicas en las economías de cuidado formal e informal e incursionar en el apoyo para la creación de empleos potenciales en la economía del cuidado.
Al final, todo se trata de un cambio de actitudes. Si es en casa, en la oficina, o en los campos, debemos dejar de tomar el trabajo de las mujeres como algo gratuito.
No usar la pandemia como una justificación para discriminar y excluir
Melody Patry, Directora de campañas de Access Now.
Desde Singapur hasta Jamaica, los gobiernos están buscando soluciones para lograr que el mundo vuelva a la normalidad previa al virus. Los certificados de vacunas o “pasaportes”- que registran y autentican el proceso de vacunación y el estatus de la vacunad e un ciudadano, son una solución de corto plazo y potencialmente crean riesgos para los derechos humanos a largo plazo. Estos procedimientos burocráticos de corto plazo son una puerta para la exclusión y la discriminación, y presentan serias y desproporcionadas amenazas a la privacidad y seguridad de millones de personas.
La pandemia del Covid19 y sus efectos ya están impactando a las personas más vulnerables del mundo y a las comunidades y personas que carecen de múltiples servicios. Desde el limitado acceso a salud pública, hasta la incrementada inestabilidad económica- nosotros simplemente no podemos permitir que estas soluciones tecnicistas exacerben las divisiones existentes aún más.
Los líderes del mundo, y sus contrapartes en la industria, deben detenerse, recalibrar y asegurar que la tecnología desempeñe un rol positivo, un role de piedra angular, en la recuperación de la pandemia. Como se ha establecido en los procedimientos especiales de las Naciones Unidas en la víspera de la declaración RightsCon 2021, “necesitamos actuar juntos para abrazar la expansión de rápido alcancen en el espacio digital y en las soluciones tecnológicas que son seguras, inclusivas, y basadas en los derechos humanos”.
Los expertos citados en este artículo hacen parte de la Red de Expertos del Foro Económico Mundial.
Con información del Foro Económico Mundial.