Política

Lo que realmente debe preocupar a China no es el crecimiento económico

Crecimiento económico de China

Crecimiento del PIB en China

Associated Press publicó este 18 de octubre los resultados económicos de China para el tercer trimestre de 2019. En el último reporte indica que la desaceleración económica de China se profundiza debido a las tensiones generadas por la guerra comercial con Estados Unidos. En el último trimestre China creció a una tasa anualizada del 6%, por debajo del 6.2% del segundo trimestre del año. Este indicador de crecimiento es la cifra más débil presentada desde 1993, fecha en la que China empezó a reportar su crecimiento.

Las actuales métricas dan cuenta de un pobre desempeño en la demanda de bienes interna, lo cual se añade a los dolores de cabeza provocados por la guerra comercial. En este escenario, aún con una resolución positiva de la guerra comercial, China se enfrenta a un crecimiento más modesto y el cual tendrá un gran impacto en la economía de Asia.

Actualmente China empieza a importar menos bienes y componentes manufacturados de los países asiáticos, lo cual hará que sus economías empiecen a desacelerarse también.

Otros problemas

Sin embargo, el Financial Times reporta que China tiene mucho más de que preocuparse a parte del lento crecimiento económico.

A pesar de los titulares de que China creció solamente al 6% durante el tercer trimestre, el presidente Xi Jinping y sus asesores tienen cosas más importantes en las cuales pensar. Los líderes chinos están preocupados por que el país cumpla con su meta de mantenerse creciendo al menos al 6%, lo cual está haciendo, y por la creación de puestos de empleos en las áreas rurales y urbanas. Beijing se dirige a crear 11 millones de puestos nuevos de empleos durante este año.

Al alcanzar la meta de crecimiento, el gobierno puede crear más puestos de trabajos en las ciudades. Esto China lo puede hacer debido a su fuerte control del sistema bancario y de las empresas que el Estado posee.

Las palancas de China

Si el crecimiento se desacelera más allá del punto en el que los políticos chinos se sienten cómodos, entonces ellos empiezan a aplicar un acelerador económico (Un poco más de crédito por aquí, unos proyectos nuevos aprobados por esta otra parte. Si la tendencia de crecimiento supera la meta, y por lo tanto empieza a amenazar la reciente campaña de tres años contra la deuda excesiva y los riesgos financieros, los líderes chinos empiezan a apretar los frenos al crecimiento.

“China necesita un crecimiento económico más lento” para evitar desperdiciar dinero en proyectos no rentables, dice Trey McAver de la firma de consultoría Trivium, en una nota de prensa en Beijing.  “Los políticos son temerosos a estimular la economía. Esto puede desalentar a los inversores en el corto plazo, pero tiene efectos positivos en el largo plazo”.  

Los puntos ciegos

Los riesgos reales por los que Xi Jinping tiene que preocuparse son los lados ciegos por los que podría ser tomado por sorpresa. Y podría haber bastantes de esos durante este año, desde la continuidad de las protestas en Hong Kong hasta una epidemia de fiebre porcina africana.

Estas crisis tienen algo en común. Ellas surgen en gran parte porque el sistema autoritario que Xi Jinping heredó hace siete años  – y que se vuelve más rígido en la medida en que él está en el poder- puede ser bastante eficaz a la hora de construir infraestructura, reprimir protestas y censurar internet, pero se queda sin esperanzas cuando se trata de superar las malas noticias.

Un alto funcionario estadounidense, quien ha pasado casi treinta años tratando con los cuadros del partido Comunista Chino en el país, dice que él estaba impresionado durante su reciente visita a Beijing y ver cuán mal informados están los líderes del Politburó y sus camaradas-.

“Ellos parecen haber recibido información muy mala” dice el funcionario americano. “Ellos se mantienen diciendo cosas que son abiertamente falsas”.

Líderes que no están atentos a la realidad

Incluso en sus reuniones privadas, los funcionarios chinos se apegan a la narrativa oficial de que los americanos y los británicos han puesto sus manos en Hong Kong para alentar los disturbios y protestas. Es una narrativa que convenientemente absuelve a todo el mundo, desde los representantes de la Oficina de Beijing en el territorio semi-autónomo hasta el mismo presidente Xi. Todos fallan en ver las potenciales consecuencias desestabilizadoras de un sistema político no representativo en Hong Kong, la incompetencia crónica de sus sirvientes civiles convertidos en políticos y de la creciente desigualdad económica.

El manejo de la crisis porcina

En el caso de la fiebre porcina africana, la negligencia de los funcionarios rurales a reportar las malas noticias desde la línea de mando hasta Beijing ha sido reforzada por las consecuencias financieras de hacerlo.

Al saber que los gobiernos locales estaban sin dinero para compensarlos – o sin el deseo de hacerlo – por las pérdidas económicas de la fiebre porcina, los porcicultores se apresuraron a sacrificar sus cerdos o a vender carne de cerdo infectada, reduciendo los suministros de carne de cerdo y acelerando la expansión de la enfermedad.

Para finales del mes de septiembre, los criaderos de cerdo habían colapsado y su producción se había reducido en 40 por ciento, mientras que los precios habían ascendido en un 70 por ciento respecto al año anterior. El gobierno central está ahora tratando de forzar a los bancos estatales a prestar más dinero a los porcicultores, pero los bancos aún son reacios a hacerlo.

Siendo tan poderoso como es, incluso Xi Jinping no puede obligar a los gobiernos locales a ofrecer dinero que no tienen o a forzar a los bancos subsidiarios del estado a otorgar préstamos a los granjeros, sabiendo que estos no los podrán pagar-.

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El problema del control

Si el control del Partido Comunista es puesto seriamente a prueba durante los siguientes años, será por debilidades como las mencionadas en vez de por el lento crecimiento económico.

Más libertad y transparencia

En el contexto que se ha expuesto, China necesita reformar sus estructuras políticas para tener en cuenta esos puntos ciegos a los que no puede ver debido al autoritarismo del régimen. Entender esto hará que pueda responder mejor a las demandas sociales, políticas y económicas de los ciudadanos. La pregunta es si China de verdad tiene el deseo de hacer esto. Una mayor libertad política, así como mayor transparencia, harían de China una potencia económica mucho mayor- que puede entregar no solamente resultados económicos a los ciudadanos sino también un desarrollo inclusivo y sostenible.

Con información del Financial Times y AP.

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