Un reporte del día jueves 7 de noviembre de 2019 de Daniela Fernandes para BBC Brasil señala que en un estudio de la Organización para la Cooperación y el desarrollo económico Brasil ocupa los puestos más bajos en gastos de salud. Este estudio tomo como muestra a 44 países con economías desarrolladas y emergentes.
En Brasil el gasto de salud durante el 2018 fue de $1282 dólares per cápita, sumando los recursos invertidos desde el sector público y privado. El valor del dólar para este estudio es ajustado de acuerdo al poder adquisitivo de cada nación y dicho valor coloca a Brasil en el puesto 37 de la lisa de estudio de la OCDE, la cual incluye a 6 países miembros de la Organización.
En Estados Unidos el total de los gastos de salud por habitante sobrepasaron los 10.000 dólares por habitante durante el 2018. Este es el mayor monto de entre los países analizados en el “Panorama de la Salud” de la OCDE y la mayor parte de ese valor se refiere a gastos públicos. Aquí es importante señalar que en Estados Unidos los costos de salud son considerablemente altos debido a la gestión de las empresas aseguradoras y a las empresas farmacéuticas que cobran montos muy altos por los medicamentos prescritos por las instituciones de salud.
Es de destacar que un mayor gasto en salud necesariamente no significa un mejor nivel de vida. Estados Unidos es un caso particular de estudio, pues la expectativa de vida en ese país ha caído de los 80 años a los 78.6 años, siendo el país que más gasta en salud. En países como España, Suiza, Noruega, Japón e Italia la expectativa de vida es en promedio de 83 años.
Así, para Juan Carlos Giraldo, director de la Agencia Colombiana de Hospitales y Clínicas: “No basta con hacer un mayor gasto en salud, o un mayor gasto en salud como proporción del PIB, también hay que saber distribuir entre lo promocional, lo preventivo y lo asistencial”. Fuente: La República.
El último país en la lista es Turquía con US$1.227 destinados por persona, este país invierte 4,2% de su PIB en gasto de salud y la expectativa promedio de vida de sus ciudadanos es de 75.76 años.
Según cifras del Banco Mundial, el gasto público en salud de Brasil como porcentaje de su PIB ascendió a 9.2 % el 2016, y tuvo un valor promedio de 8% desde el 2000 hasta la fecha. El promedio de la expectativa de vida en Brasil es de 75.51 años. La expectativa de vida en Brasil es una de las más bajas en los países estudiados por la OCDE. Hay que recalcar que el gasto en salud como porcentaje del PIB en Brasil vino ascendiendo de manera constante durante los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, yendo del 7% como porcentaje del PIB a más del 10%.
Colombia no entró en este estudio de la OCDE, pero informes de prensa señalan que para Colombia, el gasto público en salud como porcentaje de su PIB es más bajo que el de Brasil, siendo este 7.2% y de 960 dólares por persona. Por su parte los habitantes de Colombia tienen una expectativa de vida mucho más baja que la de los países del estudio, siendo esta de de 74.38 años, por debajo de Brasil y Turquía, dos de los países con las calificaciones más bajas.
Mortalidad infantil en Brasil:
El estudio divulgado por la OCDE también reveló que Brasil tiene una de las tasas de mortalidad infantil más altas, siendo esta de 13.2 niños muertos por cada mil nacimientos. En Japón esta tasa es de 1.7 por cada mil niños nacidos.
Brasil también tiene uno de los peores desempeños en relación con los bebés que nacen con peso bajo. Este es el caso de 8.5 por ciento de los bebés que nacen en el país. Este número creció en un 4% en relación con las cifras del año 2000.
“Las condiciones inadecuadas de vida, la pobreza extrema y los factores socioeconómicos afectan la salud de las madres y de los recién nacidos” informó la OCDE.
Los Brasileros también están entre los nacionales que menos consultan a los médicos, con menos de tres consultas al año por persona. En Corea del Sur, una persona consulta al médico al menos 16 veces al año.
Dolencias cardíacas en Brasil
A pesar de los indicadores negativos que se han presentado, Brasil presenta un mejor desempeño que varios de los países de OCDE en materia de dolencias cardíacas. El número de muertes por ataques cardíacos en Brasil fue de 93 por cada 100000 habitantes, lo cual coloca a Brasil en la media de los 44 países analizados en el estudio. En las economías de la OCDE este indicador fue de 115 muertes por cada 100.000 habitantes.
La OCDE atribuye la disminución en las muertes por accidentes cardíacos a la reducción de varios factores de riesgo como el tabaquismo, y las mejoras en las tasas de supervivencia por cuenta de una mejor atención médica.
Aún así, el envejecimiento de la población y el aumento de la obesidad y la diabetes pueden dificultar la continuidad de esta tendencia de disminución de muertes por este tipo de dolencias, afirma la OCDE.
Cáncer
Brasil también presenta una de las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer más bajas del mundo, siendo respectivamente de 217 y 161 por cada 100.000 habitantes.
Los diagnósticos hechos a tiempo y tratamientos más eficaces han aumentado de manera significativa las tasas de sobre-vivencia en casos de cáncer. Esto explica porque países como Australia y Nueva Zelanda, que tienen una de las tasas de mortalidad más bajas por cáncer, aunque tengan los números de incidencia más altos por este tipo de dolencias.
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Concluyendo
El tema de salud no es un tema eminentemente financiero, sin embargo una mayor asignación de recursos puede ayudar a mejorar factores de salud como la expectativa de vida y la calidad de esta en el tiempo. Por lo anterior es necesario enfatizar que los recursos que las naciones destinen a la salud no solamente sean los adecuados, sino que sean administrados de manera eficiente. Criterios como la prevención, la promoción de salud y la asistencia temprana son importantes para un mejor uso de los recursos financieros que las naciones destinan a este sector.
Países de la región como Brasil y Colombia tienen mucho que hacer todavía en esta materia, teniendo en cuenta que los países de la OCDE gastan mucho más y tienen expectativas más altas de vida. Y es responsabilidad de los líderes políticos asignar los recursos adecuados y garantizar una legislación que promueva un uso responsable de los mismos con los criterios de eficiencia que hemos descrito anteriormente.
Con información de BBC Brasil.