Frecuentemente el concepto de economía circular es confundido con algún tipo de proceso de reciclaje avanzado que se dirija a mantener nuestro sistema industrial y a preservar nuestro modelo de creciente consumo.
Esta idea se basa en la creencia de que el reciclaje de hará cargo de todo.
¿Un plan para la economía circular?
Uno de los más impresionantes ejemplos de estos es la parte del Plan de Acción de Economía Circular de la Unión Europea que tiene como objetivo incrementar las tasas de reciclaje: hasta del 70 por ciento de todo el desperdicio de empaques para el 2030 y un 65% de todos los desperdicios municipales para el 2035. En una economía circular propiamente construida uno debería enfocarse en evitar la etapa del reciclaje a todo costo. Esto podría sonar sencillo, pero en primer lugar prevenir que los desperdicios sean creados es la única estrategia realista.
Mientras que obviamente necesitamos seguir reciclando por algún buen tiempo, hacer énfasis en las innovaciones genuinamente circulares – lo cual significa: alejarnos del modelo basado en el desperdicio debería ser nuestro único objetivo.
El reciclaje es lineal
En una economía lineal, no contamos los efectos colaterales generados por un producto una vez que es vendido al consumidor final. El objetivo es vender el número máximo de productos al menor costo. La presión continua para reducir los costos lleva a la creación de muchos efectos colaterales – los cuales son llamados externalidades por los economistas. Entre más alta sea la tasa de producción de una empresa y entre más alta sea su eficiencia, más exitosa será esta al vender sus bienes y competir fieramente en un ambiente competitivo.
Se espera que la población global alcance cerca de los 9.000 millones de personas para el 2030 – con la inclusión de 3000 millones de nuevos consumidores de clase media. Esto pone una presión sin precedentes sobre los recursos naturales para satisfacer la futura demanda de consumo.
Una economía circular es un sistema industrial que es restaurativo o regenerativo por su intención y diseño. Reemplaza el concepto de vida útil final con restauración, cambia al uso de energía renovables, elimina el uso de químicos tóxicos y se dirige a la eliminación de los desperdicios por medio de un diseño superior de materiales, productos, sistemas y modelos de negocios.
Nada de lo que se hace en una economía circular se convierte en un desperdicio. De este modo la economía se mueve de nuestro actual ciclo lineal de «Tomar – usar – y dejar». El potencial de la economía circular para la innovación, la creación de empleos y el desarrollo económico es grande: los estimativos indican que es una oportunidad de trillones de dólares.
El Foro Económico Mundial ha trabajado con la Fundación Ellen MacArthur por un número variado de años para acelerar la transición a una economía circular por medio del Proyecto MainStream – una iniciativa liderada por directores ejecutivos de empresas – que ayuda a las innovaciones de la economía circular a escalar en proyectos de negocios grandes.
La economía lineal funcionó bien en el siglo XX, cuando los recursos estaban fácilmente disponibles y los precios de las materias primas se mantuvieron decreciendo. Los desperdicios, como una externalidad económica, no era responsabilidad de los productores. Manejar los ciclos de los desperdicios, verterlos a la vista de todos o, en el mejor caso reciclarlos ( pero solo cuando eran efectivo en términos de costos) era algo que estaba bajo el control de las instituciones nacionales: el Estado.
Las fábricas visionarias, que entienden los desafíos que nos esperan e incrementan su resiliencia económica , lo saben hoy mejor que nunca: Un producto que es devuelto para su reparación costará menos arreglarlo y venderlo de nuevo que manufacturar un nuevo producto desde cero.
En nuestro modelo actual, nosotros extraemos recursos, los transformamos en productos, y los consumimos o los usamos, antes de deshacernos finalmente de ellos. El reciclaje solo comienza en la etapa de deshecho: este es un proceso que no está diseñado para preservar o incrementar el valor ni para mejorar los materiales.
Necesitamos entender que el reciclaje no es una estrategia efectiva para enfrentar el problema de los recursos inutilizados en un modelo de crecimiento. De esta forma nos encontraremos persiguiendo continuamente nuestros desperdicios generados en una cadena sin fin, en vez de ver que evitar el desperdicio como un camino hacia innovaciones benéficas en múltiples niveles.
Por su puesto, es más fácil pensar acerca del reciclaje. Esto nos evita cambiar todo nuestro modelo de producción basado en volúmenes grandes. Pero en un mundo donde tenemos que cambiar nuestros modelos de consumo y usar menos energía, el reciclaje no tiene ya más todas las respuestas.
El reciclaje es mantener las cosas como están
Dado que no podemos cambiar el volumen de desperdicios de la noche a la mañana, inversiones en la industria del reciclaje son necesarias. Pero una verdadera y significativa inversión en el desarrollo de una economía circular tiene lugar fuera de los espacios de reciclaje. De hecho, entre más reciclamos y más financiamos las fábricas de reciclaje, más nos quedamos en la economía lineal. Erróneamente creemos que esta es la mejor ruta para solucionar nuestros problemas- pero al estar en una economía basada en el reciclaje, solo estamos retrasando la transición a una economía circular avanzada.
En una economía circular, los recursos no terminan siendo reciclables, dado que los productos están diseñados para durar varios ciclos. La vida útil de los productos es extendida por vía del mantenimiento, la reparación, la redistribución, el rediseño o/e incluso los ciclos de re-manufacturación, por lo tanto los productos nunca terminan en el ciclo de bajo valor y de alta necesidad de energía: el reciclaje.
Vivimos en un mundo donde necesitamos en gran medida innovaciones disruptivas. Cerrando ciclos cerca a donde la gente vive, mientras que evitamos el desperdicio en el corto y el largo plazo, generando una estrategia de gana-gana para cualquiera que se dedique a la re-manufacturar productos. En el corto plazo porque los productores están en contacto directo con los clientes, y tomar de vuelta un producto que necesita mantenimiento es una oportunidad para entender mejor las necesidades de las personas y ayudarles con servicios adicionales. El el largo plazo porque se bajan la exposiciones a riesgos financieros. Cualquier retroalimentación que se da en el ciclo previo al proceso de reciclaje es una oportunidad para que el productor tome su producto, considere los fallos y lo mejore de acuerdo a las necesidades, tomando control de los mercados de las materias primas, los cuales se pueden volver altamente volátiles. Incrementar la interacción con los clientes, tanto a nivel comercial como a nivel financiero, y entender en profundidad sus necesidades, podría incrementar la lealtad del cliente hacia un negocio y mejorar la resiliencia de ese negocio en el largo plazo.
Las estrategia de re-utilización, re-distribución o remanufacturado son las aproximaciones preferidas en la economía circular, ya que ellas están basadas en la durabilidad de los componente. Cuidar y preservar el valor de los componentes de un producto incrementa la resiliencia económica corporativa, mientras que disminuye los riesgos externos del mercado. Sea que estés actuando en una economía altamente avanzada o en un país en desarrollo, estas estrategias son lo suficientemente claras: Ellas son menos costosas en el largo plazo porque reparar un producto para hacer que dure es siempre menos costoso que producir un nuevo producto desde cero.
Saltando a cadenas de suministro de alto valor
Siguiendo esta aproximación debemos movernos lejos de actividades que devalúan los materiales, tales como el reciclaje. En vez de eso debemos invertir en actividades que preserven el valor: reusar y remanufacturar. Estas dos espercialmente son importantes dado que ellas crean muchos más empleos seguros. Walter R. Stahel, el padrino de la economía circular, introdujo la métrica del trabajo por peso (hora de trabajo por kilogramo, o ht/kg) para medir el trabajo de creación en relación con el consumo de recursos. Él encontró que el radio de ht/kg cuando se construía un motor remanufacturado con recursos usados comparado con hacer el mismo motor con materiales vírgenes era de 270:1. De manera que el impacto de la economía circular sobre el empleo es bastante grande.
La relocalización y la adaptación de actividades cerca a donde están los clientes se vuelve algo crucial. Los sitios de producción deberían migrar desde núcleos altamente centralizados globales a unidades diseñadas para satisfacer las necesidades locales. En los mercados desarrollados, un plan posible podría ser desarrollar sociedades estratégicas con proveedores de servicios locales, quienes pueden proveer la infraestructura. En los mercados emergentes, donde hay una urgente y frecuente necesidad de empleos, el salto hacia adelante en una estrategia de re-manufacturación es el camino a seguir. Convertirse en la siguiente núcleo de producción o «fábrica del mundo» es una visión obsoleta hoy.
Una manera de comenzar a pensar como un líder en la siguiente economía, la economía circular, mientras se crean empleos podría ser la siguiente, por orden de prioridades:
– Reusar: Al reparar los bienes, mientras se contratan nuevos empleados, mientras se comparten los beneficios sociales (consciencia) de tal modelo.
-Redistribuir: Al promover el acceso a bienes, a través de la colaboración entre personas, mientras se comparte información (consciencia) acerca de este modelo.
-Remanufacturar: Por vía del fácil desarme de los productos, al entrenar a las personas, mientras se comparte el conocimiento adquirido a través de este modelo.
-Migración de las actividades de reciclaje: Al transferir bienes a modelos de servicio, transfiriendo habilidades y personas a procesos de remanufactura.
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Todas las estrategias explicadas arriba tienen sentido en un mundo donde los límites planetarios ya han golpeado a la mayoría de las economías.
Adoptar una estrategia de economía circular evitando la dependencia en el reciclaje es el camino hacia adelante.
Esto se trata de genuina innovación derivada de un liderazgo genuino.
Con información del Foro Económico Mundial.