Diversas organizaciones sindicales colombianas, estudiantiles, la bancada alternativa de partidos en el congreso de la república, organizaciones sociales e indígenas, así como un amplio movimiento de ciudadanos espontáneos están convocando a un gran paro nacional en Colombia para este 21 de noviembre de 2019, debido al descontento social por varias propuestas del gobierno, aún sin realizar, así como por el sostenimiento de un régimen social de desigualdad que viene desde gobiernos anteriores y que se ha sostenido durante el gobierno del presidente Iván Duque.
La convocatoria
Las centrales obreras publicaron un documento en los diarios nacionales el día domingo 17 de noviembre en el que explicaban los motivos de la convocatoria. Entre estos motivos se destacan: «Desde hace 30 años los gobiernos neoliberales han aplicado en Colombia las recetas impuestas por el FMI, el Banco Mundial, el BID y la OCDE, organismos internacionales dirigidos por Washington para establecer un régimen económico funcional a los intereses del capital financiero y las multinacionales, en contravía al legítimo derecho de alcanzar el desarrollo, el progreso y el bienestar, mientras se condena a millones de personas a la miseria y la exclusión. Han vuelto sistemático el recorte de derechos a través de reformas regresivas en educación, salud, tributarias, laborales y pensionales».
Los motivos
Es decir los movimientos sociales y sindicales se manifiestan contra cinco políticas clave del gobierno, que estarían en contra de la ciudadanía – algunas de las cuales ya se han realizado y otras que estarían por realizarse. Estas son:
Reformas en salud, educación, tributaria (o ley de financiamiento), reformas laborales y pensionales.
Actores internacionales
Así mismo se destaca que estas reformas se han hecho bajo el auspicio o la presión de organizaciones internacionales como el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional y la OCDE.
La respuesta del gobierno nacional
El gobierno nacional ha respondido a los llamados al paro nacional negando que existan propuestas de reformas pensionales, laborales o tributarias y destaca que «aunque hay mucho por hacer, Colombia no puede negar que se ha mejorado en muchos aspectos y que el gobierno está trabajando para mejorar en aquellas cosas en las que se está fallando».
En concreto, la presidencia de la República respondió en una serie de tuits negando que existan propuestas concretas para atentar contra los derechos adquiridos de los ciudadanos y a la vez señaló que las marchas son un intento de «desestabilizar el país, dañar los bienes públicos y atentar contra la democracia, tal y como ocurrió en Chile o en Ecuador».
Las declaraciones del presidente Iván Duque
Es increíble que se hagan invitaciones en redes a replicar lo que han hecho en otros países de América Latina, incendiándolo todo. Eso es una torpeza. Esa no es la Colombia que hemos construido, la Colombia nuestra es la que soluciona todo en democracia. #BaricharaConstruye pic.twitter.com/8i7vdtRggX
— Iván Duque (@IvanDuque) November 9, 2019
Iván Duque niega que existan propuestas de reforma laboral y pensional
#Bogotá En la Mesa de Concertación Laboral dejamos claro que no existen ni una reforma pensional ni una reforma laboral que esté preparando nuestro Gobierno. Estos temas deben discutirse con empresarios y trabajadores. pic.twitter.com/oX0gRxydBr
— Iván Duque (@IvanDuque) November 13, 2019
El espejo de las protestas internacionales
La protesta social colombiana se inscribe en un momento de reacción global contra las políticas de liberalización económica, frente a las cuales la población se siente indignada y excluida. Ejemplo de esto son los movimientos de la primavera árabe entre los años 2010 y 2013 que llevaron al derrocamiento de varios gobiernos autocráticos en Oriente Medio como los de Libia, Egipto, Yemen y Túnez. Al mismo tiempo se pueden citar eventos como las manifestaciones de los gilets jaunes (Chalecos amarillos) en Francia, el movimiento del Brexit en contra de las políticas de libre comercio impuestas desde la Unión Europea y la victoria del presidente Donald Trump en Estados Unidos, quien se ha declarado un fuerte enemigo del liberalismo económico y favorable al proteccionismo económico en medio de las guerras comerciales que ha iniciado con China, la Unión Europea, y la re-negociación de tratados comerciales como el NAFTA con México y Canadá.
Más recientemente en América Latina se han presentado protestas en contra de gobiernos proclives al liberalismo económico radical como los de Chile y Ecuador. En el caso de Ecuador, el gobierno de Lenín Moreno trató de iniciar una serie de reformas fiscales para reducir el gasto público que no fueron bien recibidas por la población en su conjunto. Ver: Qué pasa en Ecuador. La política fiscal que tiene a la gente en las calles
También te puede interesar: Chile en rebelión contra la desigualdad económica
Protestas en otros continentes
Fuera de América Latina también se han presentado manifestaciones ciudadanas que tienen como trasfondo la desigualdad económica que ha generado el modelo económico liberal. Estas protestas son las de Líbano, en donde el presidente Saad Al Hariri se vio obligado a renunciar en medio de grandes manifestaciones contra la corrupción y los ajustes fiscales, y las protestas de Hong Kong – estas últimas tienen un tinte más político que económico. Sin embargo en Hong Kong el descontento social también está alimentado por una situación de desigualdad social en la que los jóvenes no pueden acceder a la vivienda debido a los altos precios.
Así, el movimiento de protesta social en Colombia tiene como fondo internacional el modelo económico liberal radical que se instauró a nivel mundial luego de la década de los setenta (Ronald Reagan, Margaret Thatcher y Milton Friedman) y que prevalece en gran parte del planeta dejando un alto grado de desigualdad y de descontento social.
Para entender este último aspecto recomiendo leer un artículo publicado en este mismo blog hace unos meses: El Precio de la desigualdad, una reseña del libro de Joseph Stiglitz.
Protestas en Líbano por la crisis económica
El contexto colombiano
Antes de entrar a juzgar si los reclamos específicos de las centrales obreras (que el gobierno calificó como engañosos) son legítimos o no, es preciso entender un poco el contexto colombiano tanto a nivel político como económico.
Colombia atraviesa graves fallas estructurales en su modelo de desarrollo desde hace bastante tiempo. Desde la guerra de los mil días el país no ha sido capaz establecer un modelo de desarrollo concreto y las élites políticas y económicas no han sido capaces de responder a los reclamos sociales por una mayor igualdad económica.
En los años cuarenta, el líder caudillista Jorge Eliécer Gaitán y el presidente Alfonso López Pumarejo (Reforma agraria, reforma laboral de los años cuarenta, imitación del New Deal de Franklin Delano Roosevelt en Colombia) intentaron promover agendas sociales de desarrollo más inclusivas, pero estas agendas – intentos de reforma – quedaron sepultadas tras el asesinato de Gaitán y gobiernos posteriores como los de Mariano Ospina Pérez, la Junta Militar y el pacto de gobierno entre liberales y conservadores llamado Frente Nacional.
Las fallas de la economía colombiana y la ausencia de un proyecto de desarrollo hallaron su profundización en los años sesenta con el surgimiento del movimiento de guerrillas marxistas, de liberación nacional, de inspiración agrarista y de reivindicación democrática (FARC, ELN, M-19, EPL, Movimiento Quintín Lame), así como los movimientos de autodefensa o grupos paramilitares (años ochenta) como las AUC, Autodefensas gaitantistas, Bloque Metro y Autodefensas Campesinas del Casanare, los cuales se dedicaron a la extorsión, el secuestro, los atentados contra civiles y la fuerza pública, el narcotráfico y el desplazamiento forzado.
El conflicto armado desincentivó la inversión, los proyectos de desarrollo social y ocupó gran parte del debate político, dejando de lado los debates sociales y económicos que durante las últimas décadas ha necesitado Colombia.
Durante La Guerra Fría, Colombia buscó combatir a los movimientos guerrilleros con el apoyo de Estados Unidos, más concretamente con el apoyo de la CIA, del mismo modo que buscó combatir el naciente negocio del narcotráfico con el apoyo de la DEA. En este contexto de dependencia internacional, Colombia empieza a abrazar el modelo de desarrollo liberal durante el gobierno de César Gaviria en los años noventa. Se produce el proceso de apertura económica o liberalización, mientras que las políticas sociales se aplazan o son implementadas de manera muy tímida.
Los resultados
Como resultado de esta larga historia, Colombia se encuentra con una industria muy poco desarrollada y una agricultura bastante débil, registrando datos de desempleo bastante altos, una desigualdad creciente, un PIB per cápita bajo y un índice de desarrollo humano que deja bastante que desear.
Los datos
Los resultados arriba mencionados se reflejan en los siguientes datos:
Un PIB de 330.974 millones de dólares.
Un PIB per cápita de 6600 dólares anuales (en términos nominales). El PIB per cápita promedio de los países de la OCDE se encuentra muy por encima del de Colombia, siendo de 37674 dólares anuales. Ver: Datos Macro.
Un PIB per cápita de 14936 dólares anuales (en términos de paridad del poder adquisitivo).
Un coeficiente de Gini de 0,49, demostrando un alto nivel de desigualdad.
Y un índice de desarrollo humano de 0.747, también muy por debajo del promedio de los países desarrollados que se encuentra en 0.83 en promedio.
La pobreza, definida como la situación de las personas que viven con menos de 5 dólares diarios (17.000 pesos colombianos) se encuentra en un 27%. (Fuente: Banco Mundial)
Un déficit público del 2.7% del PIB, situación que muestra un pobre manejo fiscal y altos índices de corrupción.
Un déficit de cuenta corriente del 4.6% del PIB, lo que muestra las carencias del sector productivo nacional y la dependencia económica de las importaciones (Fuente: Revista Dinero).
Una deuda pública de más de 70.000 millones de dólares, lo cual también demuestra la ineficiencia económica del sector público, y una deuda externa total de aproximadamente 140.000 millones de dólares. (Fuente Revista Dinero). La deuda colombiana ha crecido por encima del 50% del PIB, debido al alto endeudamiento para la financiación de las importaciones y a la devaluación de la moneda colombiana, el peso.
Devaluación de la moneda colombiana respecto al dólar estadounidense. Actualmente un dólar se cambia a más de 3400 pesos. (Fuente: BBC)
Uno de los más altos niveles de desempleo de la región. Actualmente en el 10.2% de la fuerza laboral (Fuente: DANE).
Tan solo el 22.7% de las personas mayores de 65 años acceden a pensión en Colombia. En este sentido el país tiene una deuda social enorme con la vejez, al tiempo que la población colombiana envejece y las posibilidades de una pensión se ven como algo lejano para la población joven. (Fuente La República)
Un bajo gasto en salud como porcentaje del PIB. Actualmente es de solo el 7.2%, mientras que otras naciones destinan más del 10% del PIB a la salud. (Fuente: La República).
Bajo gasto público en educación como porcentaje del PIB, actualmente del 4.5% del PIB según cifras del Banco Mundial. Los países de la Unión Europea y Estados Unidos gastan más del 5% del PIB en educación.
Un gasto público en investigación y desarrollo de apenas 0.2% del PIB, mientras que los países desarrollados invierten más del 1% a este sector. (Fuente Banco Mundial).
Un alto nivel de percepción de corrupción entre la ciudadanía ( Actualmente Colombia se encuentra de los países con más altos niveles de percepción de la corrupción de acuerdo a los datos recopilados por la ONG Transparencia Internacional).
Las reformas planteadas
Mientras que los datos señalados sobre la economía colombiana son altamente preocupantes, es evidente que Colombia necesita hacer reformas estructurales y serias para enfrentar problemas graves como el desempleo (Reforma Laboral), la crisis de las pensiones (Reforma Pensional), la desigualdad y la incapacidad de un crecimiento sostenido (Reforma tributaria). La pregunta y el debate de fondo ante esta coyuntura no es si ser harán estas reformas, sino que tipo de reformas se harán.
Reforma Laboral
En este contexto, sectores como la ANIF (Asociación Nacional de Instituciones Financieras) y la OCDE han planteado la reducción del salario mínimo para las personas menores de 25 años y que se emplean por primera vez – en hasta en un 25% . Es decir ganarían el 75% del salario mínimo – o un salario mínimo diferenciado por regiones, en el que las personas ganen de acuerdo a la productividad del departamento donde vivan.
En el 2018 la OCDE y el mismo Ministro de Hacienda de Colombia, Alberto Carrasquilla, ya habían planteado que el salario mínimo era muy alto en relación con la productividad, por lo que era necesario reducirlo. Ante tal propuesta hubo reacciones de economistas que plantearon que el problema no era el salario mínimo sino la baja productividad de Colombia y que por lo tanto era necesario revisar el modelo para que la economía fuera más productiva, en lugar de bajar los salarios. (Ver El Espectador).
Entre tanto el Ministerio del Trabajo anunció que ya viene trabajando en un modelo de reforma laboral que tiene en cuenta los principios de flexibilización laboral, trabajo por horas, y salario mínimo diferenciado por regiones). (Ver Portafolio). De nuevo esta reforma enfrenta serios cuestionamientos por parte de economistas y analistas quienes plantean que no se enfrentan las causas estructurales del desempleo: la baja productividad y la baja capacidad de consumo de los hogares.
Reforma Tributaria
El gobierno está tramitando una reforma tributaria en el Congreso, también denominada Ley de Financiamiento, dicha reforma es cuestionada por no reducir el IVA, impuesto al valor agregado, otorgar y/o mantener los beneficios para las grandes empresas- con la excusa de que se hace para generar empleo-, mientras que las pequeñas y medianas empresas tienen que asumir altos costos para entrar al mercado.
Sobre la ley de financiamiento es importante destacar la columna de Juan Manuel López Caballero en la revista Dinero, en donde se manifiesta que la actual reforma continúa el la senda del pensamiento neoclásico y que profundiza las desigualdades sociales existentes, mientras que se conceden beneficios a las grandes corporaciones a costa de los programas sociales. Ver: Ley de Financiamiento.
Reforma Pensional
Respecto a la reforma pensional el diario Portafolio adelantó el mes pasado que el gobierno nacional sí tiene un plan de reforma pensional que entrará a debatir próximamente y dentro del que se encuentran un aumento del monto que cotizan los trabajadores, yendo desde el 16% al 20%, aunque no se tocará la edad de pensión, pese a las recomendaciones de la OCDE de igualar la edad de pensión y aumentar la edad para acceder a la jubilación.
Portafolio también señala: «La otra arista de la reforma implica la eliminación del régimen de prima media (RPM), que en gran medida opera Colpensiones. Esta entidad no desaparecería, pero pasaría a operar en el régimen de ahorro individual con solidaridad (Rais), tal como funcionan los fondos privados. «
El comentarista de Blu Radio Andrés Mejía ha expresado su preocupación por la actual reforma pensional planteada por el gobierno nacional. En este contexto invito a leer su columna en el blog Descartes en Bata, en el cual se detallan las críticas concretas a la reforma pensional, tan negada y anunciada por el mismo gobierno, señalando que el sistema pensional debe evolucionar a un régimen más solidario y no a uno en el que primen simplemente las capacidades individuales de ahorro y trabajo.
¿Una economía que marcha al 0%?
Otras de las razones para estas manifestaciones también es el lento crecimiento económico, el cual se está financiando principalmente con deuda y en detrimento de los sectores realmente productivos del país. Respecto a este punto invitamos a leer el artículo publicado por este blog en días anteriores en el que se recopilaron críticas de economistas colombianos a las cifras de crecimiento brindadas por el gobierno nacional. Ver: Cómo los venezolanos están impulsando el crecimiento económico de Colombia
Un gran descontento nacional en materia de paz y desigualdad
Finalizando este análisis observamos que una de de las críticas más fuertes al gobierno nacional – y por la cual muchos sectores marcharán este 21 de noviembre- es el abandono al que tiene sometido a los sectores rurales, los cuales se encuentran a merced de los grupos armados ilegales y que únicamente encuentran la presencia del Estado cuando se trata de confrontar a estos grupos en combates o bombardeos. El reciente bombardeo en el Cáqueta y que dejó 8 niños muertos ha encendido la indignación nacional, generando un debate amplio sobre cuál es la respuesta que las instituciones están brindando a sectores sociales sumidos en el atraso económico, como las zonas rurales, y que dependen de las economías ilegales en el marco de estructuras sociales diseñadas únicamente para la subsistencia y que no generan superávits de bienes y recursos.
En el siguiente vídeo del canal Red Más Observamos un análisis detallado sobre las motivaciones del paro nacional y sobre su legitimidad en el contexto actual:
Conclusiones
En el escenario planteado sí existen reformas que el gobierno nacional piensa adelantar, pese a que el presidente lo había negado con gran contundencia en los medios de comunicación.
Respecto a las propuestas incluidas en estas reformas, estas se encasillan en el modelo de la economía liberal radical, que al igual que en el caso de Chile está siendo objeto de un fuerte cuestionamiento por economistas heterodoxos (neo-keynesianos y neo-marxistas) y por sectores sociales que plantean que el actual modelo de desarrollo y las políticas propuestas sobre el mismo por parte de los actores de gobierno profundizan la desigualdad y generan estancamiento económico.
En este sentido las manifestaciones sociales propuestas para el 21 de noviembre hallan un profundo sustento con base en los datos macroeconómicos, el sentimiento de desconfianza ante el gobierno y el establecimiento que han profundizado la desigualdad y poco – o nada- han hecho para combatir la corrupción
De la misma manera la protesta también es un pulso político por parte de los sectores sociales y de izquierda, que sienten que las propuestas del gobierno corresponden a la ideología de mercado y no están abiertas a un diálogo sincero y comprehensivo a nivel nacional.
Con información de Paro Nacional, Portafolio, Revista Dinero, Banco Mundial, La República y Datos Macro.
¿Y tú que piensas? ¿Crees que las motivaciones del paro convocado por las centrales obreras son legítimas? ¿Consideras que la actual situación del país amerita un debate público más amplio sobre el actual modelo de desarrollo económico? ¿Crees que la desigualdad social es un tema que el gobierno debe abordar escuchando a los sectores sindicales y de izquierda? Déjanos saber tus pensamientos en la sección de comentarios.