Siempre que se dice algo, se debe tener cuidado con cómo se dice y qué es lo que realmente se quiere decir. Hace poco el ministro de Hacienda colombiano fue recordado en las redes sociales, ya que cuando fue jefe de la Cartera de Hacienda en el año 2008, bajo el gobierno de Álvaro Uribe, declaró que el salario mínimo en Colombia «era ridículamente alto». Hoy vamos a examinar esa afirmación, debido a que un Premio Nobel de Economía, ha recomendado bajar el salario mínimo en Colombia como una forma de generar empleo.
¿Realmente es tan alto el salario mínimo en Colombia? ¿Tanto como para un Premio Nobel de Economía como Christopher Pissarides recomiende bajarlo con el argumento de que se generarán más empleos? ¿Realmente de qué dicen las cifras y qué quieren decir los economistas cuando afirman que el salario mínimo en Colombia es muy alto?
Si damos una mirada a los salarios mínimos de la región encontraremos varias sorpresas. Colombia, por ejemplo tiene un salario mínimo de 247 dólares, mientras que países como Ecuador y Costa Rica tienen un salario mínimo de 394 y 536 dólares. En resúmen el colombiano que gana un salario mínimo tiene menos ingresos nominales que un ecuatoriano o un costarricense. Esto sin contar los salarios mínimos de otros países como Panamá y Honduras, donde el salario mínimo en términos nominales es más alto que en Colombia.
Si se mira por ejemplo el PIB per cápita por poder adquisitivo de Costa Rica comparado con el de Colombia nos daremos cuenta que mientras en Costa Rica esta cifra es de 18.000 dólares, en Colombia es de 14.000 dólares, lo cual quiere decir que el colombiano promedio puede comprar menos con su dinero que un costarricense, y no solo eso, de hecho gana mucho menos.
Ahora bien, el titular de los medios, cuando recientemente se volvió a mencionar (Por parte del economista Christopher Pissarides) que el salario mínimo en Colombia era demasiado alto, matizó su posición, señalando lo siguiente: «Para Pissarides el salario mínimo del país de US$280 mensuales es muy alto en comparación con la productividad y en gran parte, es la razón por la cual cerca de la mitad de la fuerza laboral trabaja sin contratos en el sector informal.» Fuente Diario Portafolio.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) concuerda con esta información y señala que el salario mínimo, en las actuales condiciones es un factor que presiona al alza la tasa de desempleo e incrementa la informalidad.
Pero pensemos por un momento. ¿Qué diría un empresario si se bajara el salario mínimo? Bueno, en un primer momento podría decir que es una noticia positiva ya que reducirá sus costos de producción y podrá producir más o podrá producir lo mismo a un menor precio, pero si todos los demás empleados (de otras empresas) empiezan a ganar menos, esto se traducirá en una pérdida de capital en la economía y menos gente estaría dispuesta a comprar los bienes del empresario. La demanda de bienes por tanto disminuirá, y el empresario en cuestión intentaría reducir aún más sus costos y sus inversiones recortando su producción y el empleo. Así con menos empleados ganando un salario se reduce aún más la demanda, lo que nos deja en un ciclo económico depresivo.
La asociación nacional de instituciones financieras señala que el nivel del salario mínimo que tiene Colombia, que es alto – si se compara con la productividad por hora de cada trabajador, se debe a que los incrementos de los últimos años se han hecho por encima de la tasa de inflación, dejando como resultado un aumento real en el poder adquisitivo de los colombianos que tienen empleo. Sin embargo esto aumenta gravemente los costos para los empresarios, quienes se ven forzados a contratar menos personal y por lo tanto esta situación deriva en desempleo.
Frente a este contexto se evalúa la transición a salarios mínimos diferenciados por regiones, dependiendo de su productividad. Es decir, dependiendo de qué tan productivo sea un departamento, así debería ser el salario mínimo. Esta oferta aunque parece sensata, no tiene en cuenta que los individuos se desplazan libremente por el país y adquieren bienes y servicios de otros departamentos. Si se implementara, lo que se estaría generando sería una mayor desigualdad entre las regiones.
Como hemos visto más arriba, si se compara el salario mínimo en términos nominales, así como el PIB per cápita de los países por el poder adquisitivo de las personas, resulta que el salario mínimo de Colombia de hecho es bastante bajo si se compara con otras naciones.
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Decir en un medio financiero nacional como Portafolio que el salario mínimo de Colombia es alto no solo es irresponsable sino que no corresponde a la verdad. Ya hemos demostrado que en otras naciones economías similares a la de Colombia, los salarios son más alto y aún más, tienen más poder de compra por cada dólar que ingresan los ciudadanos.
Un título correcto sería que La productividad en Colombia por trabajador no es tan alta como en otras naciones. Algo que muy probablemente se puede argumentar debido a que el PIB per cápita nominal en Colombia es bastante menor que el de otros países. Y por supuesto, las soluciones no pasan por disminuir el salario mínimo como proponen instituciones como la Anif.
Se ha demostrado bien que las reducciones de los salarios no generan mayores empleos, sino que de hecho solo generan mayores retornos para las empresas, que muchas veces no reinvierten ese capital adicional que les sobra por cuenta de un salario mínimo menor, sino que deciden ahorrar ese dinero o dedicarlo a recompras de acciones corporativas, así como a resguardarlo en fondos de inversión en paraísos fiscales y en actividades especulativas.
Según la OCDE, el salario mínimo deber ser el 40% del salario medio de una nación, aunque en Colombia esa cifra llega a estar cerca del 80%, lo que corroboraría la idea de que en Colombia el salario mínimo es alto en comparación con la productividad. Se señala que esta sea tal vez una de las razones del alto desempleo en el país.
Sin embargo, como hemos indicado antes, el titular de las noticias es engañoso. No es que el salario mínimo de Colombia sea alto, de lo que se trata realmente es que la productividad de los colombianos es baja. ¿Por qué sucede esto?
Los factores que podemos destacar aquí son muy numerosos. Empezaremos con los más obvios y los explicaremos debidamente.
1.Colombia cuenta con altos niveles de corrupción que impiden un gasto público eficiente, lo cual genera que la demanda agregada se reduzca y por tanto los empresarios tengan menos incentivos para producir más y contratar más personal. Una solución integral pasa por abordar el problema de la corrupción, hacer más eficiente el gasto público, destinando adecuadamente los recursos para que se enfoquen en el mejoramiento real de las condiciones socio-económicas de los ciudadanos.
2. El Estado no invierte adecuadamente en Ciencia, Tecnología e Innovación. Durante los últimos años se le han quitado importantes recursos a las instituciones de investigación. Una mayor inversión propiciaría el desarrollo de productos de valor agregado patentados a nivel nacional y cuya producción podría replicarse en múltiples regiones del país. Con mayores innovaciones, con mejores productos, la productividad se incrementaría, los salarios estarían más acordes con los niveles de productividad y por supuesto los empresarios tendrían más incentivos para contratar más, dinamizando así la economía.
3. La producción y los grandes proyectos de desarrollo se centran en productos de poco o nulo valor agregado como las materias primas. Es necesario que se impulsen actividades productivas de valor agregado. Para ello pueden subirse los impuestos a las actividades que no generan un valor agregado como la minería, la extracción de petróleo y reducirse los impuestos a las empresas que generan valor agregado como productos terminados y que requieren una mayor experticia y aplicación de capital y saberes.
4. Colombia ha dejado de producir bienes y servicios debido a su inestabilidad política y a los conflictos internos. Es necesario mejorar la seguridad, garantizando a empresarios y campesinos la seguridad jurídica sobre sus bienes y tierras. Del mismo modo es necesario fortalecer las iniciativas de paz y de desmovilización de los grupos armados, generando incentivos eficientes y atractivos para que las personas reclutadas por los grupos irregulares abandonen las armas. Una mayor estabilidad política y una mejor seguridad hará de Colombia un destino más atractivo para proyectos de inversión, para el turismo y demás actividades económicas que fortalecen la productividad.
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Resumiendo
No nos encontramos ante un salario mínimo elevado, sino ante una baja productividad. Cambiar el esquema y la perspectiva desde la cual se miran los problemas puede ayudarnos a resolver mejor estas situaciones. Sin lugar a dudas, Colombia tiene un largo camino que recorrer para mejorar su estabilidad económica, pero los pasos a dar no son recortar el poder adquisitivo de los ciudadanos.
Con información del Diario Portafolio.