China está dando pasos acelerados con el fin de lanzar al mercado la primera criptomoneda respaldada por un gobierno, la cual ya tiene nombre propio: el DCEP, sigla para Digital Currency, Electronic Payment (o moneda digital para pagos electrónicos), aunque popularmente se le ha denominado como yuan digital.
El gobierno chino busca con este movimiento, controlar y regular los mercados de criptoactivos, garantizando su seguridad, su uso masivo y una mayor integración global de las diversas economías del mundo con su mercado interno.
El afán de China de tener su criptomoneda propia antes que otros gobiernos o entidades gubernamentales supranacionales como la Unión Europea, hace parte de su visión estratégica para ser la primera economía del mundo en los próximos años, algo que el presidente chino Xi Jinping ha destacado como un “ascenso pacífico”. Sin embargo, dicho ascenso está lejos de ser una competencia amistosa con las principales economías desarrolladas como Estados Unidos, se trata de una lucha por la supremacía global, en la que China ya lleva amplias ventajas.
La carrera por una moneda digital respaldada por un gobierno, en cierto modo podría compararse a la carrera espacial que entre los años sesenta y ochenta enfrentó a Estados Unidos y la Unión Soviética, solo que en el caso actual, esta carrera es solo una batalla de una guerra tecnológica y económica que tiene muchos frentes, entre los que se encuentran eventos como el veto de Estados Unidos para que las empresas americanas comercien con Huawei, los aranceles a bienes importados desde China hacia Estados Unidos, las restricciones a TikTok y WeChat, con las respectivas amenazas de prohibición dentro de los Estados Unidos, el llamado de cada uno de los dos gobiernos a las respectivas empresas de sus países a desarrollar cadenas de suministros locales y dejar de depender de empresas extranjeras y el afán de cada economía por estar a la delantera en innovación tecnológica.
China es consciente de que el futuro del comercio internacional se encuentra en el comercio y los pagos digitales. Ser el primer país con una moneda digital estable o stablecoin respaldada por su moneda fiduciaria, el renminbi o yuan, le daría una gran ventaja en el comercio internacional. Si bien, actualmente el dólar es la moneda de referencia global, pues la mayoría de países tienen sus reservas en dólares, la entrada de una criptomoneda con respaldo estatal podría cambiar el juego debido a todas las facilidades y ventajas que este tipo de monedas tienen para el comercio electrónico. Los bancos centrales podrían apresurarse a tener reservas de este yuan digital, terminando así con la supremacía del dólar en los mercados internacionales.
Adicionalmente, China podría, a diferencia de lo que sucede con los pagos en efectivo, rastrear el uso de la moneda digital, conociendo los diversos movimientos transaccionales de sus empresas y de las empresas extranjeras que usen el yuan digital. Esta ventaja – que en cierto modo es espionaje digital – podría ser explotada a favor de China en diversas negociaciones comerciales, así como para presionar a las empresas extranjeras y nacionales para que se comporten de acuerdo a sus intereses.
Pero China, no está sola en la carrera por una moneda digital respaldada por un Banco Central. La Unión Europea también ha anunciado que prepara el lanzamiento de un euro digital, con el que podría hacer contrapeso a las transacciones realizadas en otras monedas digitales. La compañía Calibra, una subsidiaria de Facebook, desde el año pasado había anunciado el lanzamiento de Libra, una moneda digital para ser usada dentro de las plataformas de Facebook como Whastapp, Messenger e Instagram, la cuales cuentan con un mercado de más de 2.600 millones de usuarios a nivel mundial. Aunque el proyecto de Libra está tardando en materializarse, la compañía sigue adelante con sus planes y espera lanzar esta moneda pronto.
Con su criptomoneda , China aprovecharía el uso de pagos electrónicos, ampliamente establecidos en ese país gracias a plataformas como WeChat y otro tipo de fintechs, para fortalecer el consumo interno, el cual es ahora uno de sus pilares esenciales de políticas de crecimiento en un escenario internacional de desglobalización.
Los funcionarios chinos enterados de la materia aseguran que el DCEP, estaría respaldado por el Banco Central de China, el People’s Bank of China y podría usarse para los Juegos Olímpicos de invierno de Beijing en 2022, aunque hay rumores de que la criptomoneda podría lanzarse este mismo año. A diferencia de monedas como el bitcoin y el ethereum, que son altamente volátiles y dependientes de las fluctuaciones de la oferta y la demanda en el mercado, el DCEP estaría atado al valor del yuan o renmimbi chino, y estaría sujeto a la intervención del gobierno chino, el cual podría actuar con políticas de distinto tipo o por medio del Banco Central, con políticas monetarias para que la moneda se encuentre a un precio que convenga a las autoridades chinas.
Con información de DW.