El diario colombiano Portafolio entregaba el 22 de diciembre un balance sobre la situación económica en Colombia y sobre su evolución durante la década que está terminando. Mientras que en el año 2014 la economía colombiana dependía en un 70% de los hidrocarburos, hoy la economía colombiana tiende a diversificarse por la fuerza de los acontecimientos históricos a los que se ha visto enfrentada.
Fin de una era
Pero precisamente ese año, en 2014, algo sucedió: Los precios internacionales del petróleo se derrumbaron y como consecuencia la economía nacional perdió el dinamismo que traía.
De tener un dólar que se cotizaba en el mercado a 1800 pesos, Colombia pasó a tener un dólar de más de 3300 pesos. De tener importaciones baratas, Colombia pasó a tener importaciones caras y una mayor facilidad para exportar.
Nuevo escenario internacional
Si bien es cierto que las importaciones viven un auge importante debido a la afluencia del crédito, las exportaciones aún luchan por tener un espacio en el mundo globalizado contemporáneo. Y es que las cosas no serán fáciles para los productores nacionales. La desaceleración mundial marcada por la guerra comercial entre Estados Unidos y China presenta nuevos desafíos para la economía colombiana.
Avances sociales
En este contexto, sin embargo, se destacan dos sucesos importantes que tiene en cuenta el diario Portafolio. El primero es la contención de la inflación por parte de las autoridades regulatorias locales y el segundo es la caída de la pobreza nacional de un 33% a alrededor del 22%.
Pero pese a los avances el desempleo sigue siendo alto y las desigualdades sociales se mantienen, contribuyendo a crear tensiones importantes entre los distintos actores sociales que se manifiestan en protestas continuas en las calles.
Transición económica.
En resúmen, Colombia pasa de ser una nación dependiente del petróleo en el año 2014, y que depende casi exclusivamente de las materias primas, a ser una nación que comienza a buscar nuevos horizontes creativos y de discursos económicos que alienten una nueva forma de concebir el desarrollo nacional.
Las elecciones de 2018 demostraron esta tensión existente en la realidad económica. Mientras que el hoy presidente Iván Duque hablaba de diversificar la economía yendo hacia una productividad basada en la cultura y la innovación ( economía naranja). Los demás candidatos: Gustavo Petro y Sergio Fajardo, hablaron de la educación, la ciencia y la tecnología como los pilares de una nueva economía fundamentada en los saberes.
Acuerdo de paz
El acuerdo de Paz de Juan Manuel Santos con las Farc también marcó un punto de inflexión importante. Colombia dejó de ser vista como un mero destino de grandes inversiones a ser un destino turístico y cultural atractivo para los emprendimientos medianos y pequeños.
Así, hoy Colombia se encuentra en un contexto de redefinición, debatiendo su modelo económico en las calles y en el Congreso. Las protestas nacionales leen el acontecer político y económico y demandan nuevas respuestas, pero estas tardan todavía en llegar.
Una esperanza.
Mientras que la crisis climática nos señala el fin inexorable del modelo industrial y económico basado en la quema de combustibles fósiles, el país aún está tratando de encontrar su vocación económica, tanteando un poco a ciegas, aferrándose todavía a la esperanza de una bonanza petrolera que no volverá y luchando por creer que otro modelo es todavía posible y tal vez más urgente que nunca.
Vía | Portafolio.
