China está a punto de cumplir una gran promesa: la de duplicar su PIB e ingresos en una década y llevar al país a la vanguardia de la estructura de poder económico mundial.
Los desafíos de China.
La nación ahora enfrenta el desafío de mantener el impulso frente a los crecientes desafíos.
La ascensión comenzó a fines de la década de 1970 con un movimiento hacia mercados más abiertos. Continuó a través de una planificación central agresiva, utilizando las ventajas de la mano de obra barata, una moneda devaluada y un sistema de fábrica robusto para llevar sus productos a todo el mundo.
¿El destino inexorable de China?
Todo eso cambió una economía que se encontraba en una decadencia rural para llegarse a convertir en una superpotencia diversa y próspera. El país ahora parece estar en un camino inexorable para ser la economía número 1 del mundo.
China ha subido al puesto número 2 en términos de PIB nominal, con un PIB de 13.1 billones de dólares, y aunque sigue estando por detrás de los Estados Unidos, se mantiene acercándose. Los analistas esperan que el crecimiento llegue justo al tope del 6% en 2020, de manera que China pueda cumplir con el objetivo declarado de duplicar el tamaño de la economía para el periodo comprendido entre el 2011 y el 2020.
Por otro lado, China también es un país que parece estarse llevando la peor parte de la guerra comercial con Estados Unidos y se enfrenta a una miríada de otros desafíos para mantener su ritmo acelerado de crecimiento.
El futuro aguarda a China ahí, por complicado que parezca el presente.
«En el futuro, China continuará siendo muy competitiva», dijo Michael Yoshikami, fundador de Destination Wealth Management. «China seguirá siendo un jugador global. Pero ahora se trata de gestionar las expectativas en relación con lo que cree que va a suceder».
De hecho, una nación con un crecimiento que sería la envidia de prácticamente cualquier otro lugar del mundo está experimentando, al menos en términos relativos, una desaceleración significativa. El crecimiento alcanzó el 14,2% en 2007, pero ha disminuido a menos del 7% anual cada año desde 2015, según las cifras del Banco Mundial.
‘Los aranceles están asestando un golpe fuerte a la economía’.
La firma de Yoshikami tiene su sede en San Francisco, pero realiza importantes inversiones en China y él viaja allí con frecuencia.
Lo que él ve es una nación que lidera el camino en educación e innovación tecnológica, pero que sufre bajo el peso de los aranceles estadounidenses sobre las importaciones chinas, así como con el aumento del costo de la mano de obra y la desaceleración de la industria manufacturera.
«El objetivo de la economía china es crecer al 7%. Crecía al 14%. Si crece al 6%, eso sigue siendo mucho, pero se observará un sentimiento de negatividad entre los inversores», dijo Yoshikami. «Si hablas con personas en China, la persona promedio no es tan optimista como hace dos años, o como hace cuatro o seis años».
El gran golpe que ha sido la guerra comercial.
Si bien las dos partes (Estados Unidos y China) trabajan hacia un acuerdo de primera fase a pequeña escala sobre aranceles, queda mucho por hacer, y las consecuencias de la guerra comercial se sienten a través de la economía china.
Inflación y costo de vida.
«La persona promedio cree que los aranceles comerciales le están afectando», dijo Yoshikami. «La inflación ha aumentado. El costo de los alimentos básicos ha aumentado del 10% al 15%. El costo de la carne de cerdo ha aumentado un 100%. Entonces, literalmente, hay personas que cambian su dieta porque simplemente ya no pueden pagar el producto».
«Les duele mucho», agregó. «Estados Unidos seguramente daría la bienvenida a un acuerdo. Pero China realmente necesita un acuerdo».
Aspectos que amortiguan el golpe.
Por un lado, Yoshikami ve avances rápidos y generalizados que permiten a los consumidores comprar productos en aplicaciones como AliExpress que ofrecen productos baratos sin gastos de envío. Los consumidores hacen fila para comprar jeans de Levi Strauss y otros productos, ya que todavía desean los productos estadounidenses, pues son símbolos de la hegemonía económica de Estados Unidos.
El balance de tarifas.
El daño de la guerra comercial a la economía es palpable y medible.
El crecimiento en los ingresos fiscales ha caído a 3.8% en 2019 desde el 6.2% hace un año, ya que el aumento en los ingresos tributarios ha sido apenas positivo después de aumentar 8.3% en 2018, según Nomura Global Economics, citando datos que van hasta octubre.
Además, el crecimiento de las exportaciones disminuyó un 0.3% hasta noviembre después de aumentar un 9.9% en el mismo período hace un año, debido al colapso de las exportaciones hacia Estados Unidos, que disminuyeron un 12.5% en 2019 en comparación con un crecimiento de 8.5% que tuvieron en el 2018.
La desaceleración de las exportaciones en sí le quitó 1,3 puntos porcentuales al PIB de China este año, según Nomura.
«Hemos estado viendo una desaceleración del crecimiento desde mediados de 2018, y deseamos que China pueda mantener este liderazgo llamando a la recuperación», dijo la firma de investigación con sede en Tokio en un análisis detallado sobre los sucesos económicos en China.
«Desafortunadamente, tenemos que reiterar que lo peor aún no ha terminado y que 2020 parece ser otro año difícil».
Precaución ante las medidas de estímulo de China.
Entre los obstáculos que Nomura ve para China se encuentran una desaceleración del sector inmobiliario, menos espacio para los estímulos a las empresas, particularmente la relajación crediticia que impulsó un crecimiento acelerado entre 2016 y 2017, y problemas continuos con el apalancamiento de los negocios.
«En medio del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento, Beijing necesita hacer más para impulsar el crecimiento», escribieron los economistas de Nomura, Ting Lu y otros.
«Sin embargo, recomendamos precaución sobre la velocidad, el alcance y la eficiencia de las medidas de estímulo de Beijing, debido al aumento de la deuda, incluida la deuda externa, un rendimiento del capital mucho menor, el superávit en cuenta corriente más pequeño y la caída de las reservas de divisas del Banco Central de China».
Lo positivo
Sin embargo, Wall Street cree que los problemas de China podrían tener un punto de inflexión.
Mirando más allá en el cronograma, hay muchas razones para esperar que el impulso de China hacia ser la economía número 1 del mundo tenga la fuerza suficiente, el cual podrá afianzar el crecimiento del país más allá de lo que se ha visto en la última década.
Hay un sentimiento optimista en China, que comienza con la aparición de múltiples «superciudades».
A medida que se lleva a cabo la transición, unas 23 de estas superciudades tendrán poblaciones mayores que las de Nueva York, y en solo cinco de ellas se llegará a albergar a 120 millones de personas, según las proyecciones de Morgan Stanley.
Al llevar a los trabajadores de los campos a los centros urbanos masivos, las superciudades podrán detener el impacto negativo que una población envejecida está teniendo sobre la economía china en general.
«Creemos que la respuesta a estos desafíos es una nueva fase de urbanización con el potencial de crear ganancias de productividad al facilitar el movimiento más libre de empresas y trabajadores mientras se generan sinergias entre diversas industrias», dijeron los economistas de Morgan Stanley en un informe.
Espacio para invertir
China también está invirtiendo fuertemente en tecnología 5G como parte de los esfuerzos de modernización y urbanización. El propósito es conectar los hogares para que estén más automatizados, mientras que los estudiantes pueden usar el aprendizaje que brinda la realidad virtual para entrenarse en todo, desde las tutorías en línea hasta las tareas escolares.
Consejos a los inversores.
Como parte de este contexto, Morgan Stanley aconseja a los inversores que consideren la infraestructura tecnológica, el Internet de las cosas y el software como un tema importante en el desarrollo chino; la digitalización de las industrias de la vieja economía como otra, y las tendencias de las superciudades como una tercera, mirando los dispositivos inteligentes y la educación vocacional, entre otras innovaciones.
Otros bancos aconsejan…
J.P.Morgan Chase aconseja a sus clientes que observen la inversión industrial y las tendencias cíclicas y que mejorarán el impulso a medida que avanza 2020. La firma recomienda un cambio hacia activos defensivos en vez de los activos cíclicos, en particular bienes raíces, industria y atención médica.
Goldman Sachs también ve oportunidades en partes procíclicas del mercado, así como estrategias tecnológicas centradas en las redes 5G y algunas empresas líderes de consumo.
Las conclusiones.
Pero para Yoshikami, inversionista de Destination Wealth Management, la situación aún está un poco turbia, ya que algunos de los problemas más inmediatos siguen sin resolverse.
«Invertir en China es un juego peligroso, porque se encuentran entre ser un mercado emergente y un mercado desarrollado», dijo. «No estoy seguro de que la valoración valga la pena en este momento».
En este contexto, la inversión de activos de forma prudente, entre los de riesgo y los activos conservadores, puede ser una estrategia interesante para los inversores en el largo plazo. Esto mientras se define si finalmente China podrá ser la primera economía del mundo en la próxima década.
Con información de CNBC.
