El 19 de junio se llevó a cabo en Colombia el denominado día sin IVA de una serie de tres días sin el impuesto que se llevarán a cabo en lo que queda del año. La medida ha sido impulsada por el gobierno nacional para reactivar la economía en medio de la crisis económica derivada del confinamiento por la pandemia del COVID-19. Sin embargo, desde antes de que el coronavirus empezará, la medida ya había sido aprobada y se esperaba que los ciudadanos la aprovecharan en cualquier momento.
Tras la aplicación del día sin iva no solo existe un interés por reactivar la economía nacional, sino también la ideología que los impuestos en general son malos para las inversiones y los negocios, y que lo mejor es deshacerse de ellos para que las actividades comerciales puedan prosperar. Lo cierto es que tras esta medida, no han sido necesariamente los consumidores quienes se han visto beneficiados por la exención del impuesto, sino los grandes negocios, los cuales en muchas ocasiones no trasladaron el descuento del impuesto al consumidor.
Muchos colombianos informaron en las redes sociales que diversos supermercados y negocios habían subido los precios de electrodomésticos y demás bienes con anterioridad a la fecha del día sin iva, de manera que el descuento del impuesto se aplicara sobre precios más altos. En este escenario, el consumidor no paga un precio menor por el producto, sino uno igual o mayor al precio que pagaría en un contexto en el que el impuesto sí se cobra.
Así, el impuesto descontado por un solo día no genera la suficiente competencia entre empresas y negocios, resultando más bien en un regalo a los empresarios, los cuales por su interés en maximizar los beneficios en tiempos de crisis, no contratan más ni redistribuyen esas ganancias con mejores sueldos a sus empleados.
Ya la revista Forbes había señalado que la medida de los días sin IVA tenía un efecto muy limitado en la economía debido a que muchas personas no tienen la posibilidad de programar sus gastos para que coincidan con el día libre del impuesto y además el estado está dejando de recibir una cantidad cuantiosa de recursos que podrían focalizarse en inversiones sociales en hogares realmente vulnerables.
Otro de los elementos que hacen que el día sin iva en Colombia sea más ineficiente para el desarrollo económico actual es la coyuntura de salud por la cual atraviesa el país en este momento. Al permitir la salida masiva de ciudadanos a las calles se corre el riesgo de que los contagios se multipliquen y que la contención del virus sea más demorada, lo cual por supuesto hará que una plena reactivación económica a nivel nacional se encuentre más lejana en el tiempo y con más desafíos.
Si, como se presupone, hubo contagios durante el día de exención del impuesto del iva, también es bastante probable que aumenten los costos y presiones sobre el sistema sanitario nacional. Hay que recordar que el sistema de salud colombiano tiene graves deficiencias, protegiendo a los enfermos de manera muy limitada, y con un mayor número de casos de COVID-19, lo que tendrán los hospitales y EPSs serán más cargas en gastos que habrían podido evitarse.
En el sentido de lo expuesto, la exención del IVA es una medida irracional a nivel económico para reactivar la economía porque: 1. No beneficia al conjunto de la población, sino que principalmente beneficia a grandes negocios y a las personas con alto poder adquisitivo que hacen grandes consumos y que pueden sentir realmente el alivio. 2. El Estado deja de recibir importantes recursos que se necesitarán para atender necesidades sociales urgentes. 3. Los nuevos contagios pueden hacer que la reactivación de la economía sea más lenta en el largo plazo. 4. Una nueva oleada de contagios generará costos muy altos para el sistema de salud en un momento en lo que se necesitaba precisamente era ahorrar.
Con información de Bloomberg.
