La directora del FMI ha hecho un llamado a las economías avanzadas para que apoyen a los países más pobres en el proceso de recuperación económica de la crisis del Covid-19.
La pandemia del Covid-19 ha golpeado duramente a todas las economías del mundo, sin embargo este golpe se ha sentido aún con más dureza en las economías en desarrollo (anteriormente conocidas como los países del tercer mundo) y de esto es muy consciente la actual directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva. Y es que si bien el FMI propuso fuertes medidas de austeridad luego de la crisis financiera de 2008, cuando la entidad se hallaba al mando de Christine Lagarde (medidas que solo agravaron la crisis), la verdad es que esos días ya han pasado y hoy la entidad de crédito más poderosa del mundo maneja un discurso totalmente distinto.
Tanto en su última entrada de blog del FMI como en su más reciente columna de Project Syndicate( 25/ Nov/ 2020), la página líder de opinión a nivel mundial, Kristalina Georgieva ha estado defendiendo aquello que jamás se pensó que sería una bandera del FMI, la idea de políticas fiscales agresivas por parte de los gobiernos para paliar la crisis y una solidaridad reforzada por parte de las economías desarrolladas hacia las economías en desarrollo. Concretamente Georgieva ha dicho:
“También debemos hacer más para ayudar a los países con una carga de deuda insostenible. Incluso antes de la pandemia, alrededor de la mitad de los países de ingresos bajos se encontraban en situación de sobreendeudamiento o tenían un alto riesgo de sufrirlos. Ahora que muchos países solo tienen un acceso limitado, si es que tienen alguno, al nuevo financiamiento del mercado, se enfrentan a una terrible compensación entre apoyar a su gente durante la pandemia y pagar el servicio de su deuda”.
Este, que solo es uno de los párrafos de su columna de Project Syndicate deja ver el llamado de Georgieva a las economías ricas para que apoyen a los países pobres con mecanismos que alivien la carga de la deuda y la hagan más sostenible. Y la cosa no queda ahí. Georgieva es muy consciente que la inestabilidad política que producirá la pobreza en el “tercer mundo” puede tener fuertes implicaciones geopolíticas y de inestabilidad que afecten también a las economías desarrolladas. Así, ella termina indicando: “Esto nos importa a todos. La inseguridad en los países pobres se traduce en inestabilidad para el resto del mundo. Y, lo que es más importante, la crisis de COVID-19 nunca terminará realmente hasta que sea derrotada en todas partes”.
Georgieva también destaca que desde el inicio de la crisis, el FMI ha redoblado sus esfuerzos para proveer ayuda a las economías más vulnerables, extendiendo nuevas líneas de crédito o ampliando las existentes. Ella así mismo urge a los países desarrollados a que hagan lo mismo. Georgieva recalca que con el apoyo de 13 de los países más ricos del mundo se han logrado reunir 500.000 millones de dólares que han sido destinados en préstamos a las 29 economías más pobres del planeta. La directora del Fondo también alabó la decisión del G20 y del Club de París de suspender el cobro de la deuda a múltiples países pobres como una forma de ayuda para superar la actual crisis.
Finalmente, Georgieva hizo un llamado a que se siguiera promoviendo el comercio internacional como una herramienta para luchar contra la pobreza. Ella destacó que durante las últimas dos décadas el comercio global ha sido una fuerza impulsora de la superación de la pobreza en muchas partes del mundo. Ahora, con la crisis del Covid-19, todos estos avances están en peligro. Sin embargo, enfatizó que con un sistema de comercio internacional basado en reglas justas, con las que se promoviera la responsabilidad de las empresas y los diversos actores implicados, el mundo podría avanzar hacia la construcción de una economía más resiliente, próspera e inclusiva.
| Con información de Project Syndicate.