El economista estadounidense, Paul Krugman, quien fue galardonado con el Premio Nobel de Economía en el 2008, destaca que al igual que con el cambio climático, la estrategia de acción de Donald Trump es la rendición y el negacionismo. Esto fue lo que dijo Krugman en su más reciente columna del New York Times:
A medida que nos adentramos en la recta final de las elecciones, las infecciones por Covid-19 están al alza en Estados Unidos.
Los casos de coronavirus siguen batiendo récords; entre otras cosas, cinco asesores del vicepresidente Mike Pence dieron positivo. Las hospitalizaciones, que van por detrás de los casos de contagio, están aumentando. Y las muertes, que se quedan aún más atrás, también están comenzando a aumentar. Dicho de esta manera: Justo entre ahora y el día de las elecciones, es probable que perdamos casi el doble de estadounidenses por Covid-19 que los que murieron el 11 de septiembre.
Entonces, ¿Cómo está respondiendo la administración Trump? En realidad, para él, hacer algo con respecto a la pandemia aparentemente está fuera de discusión. En cambio, lo que estamos obteniendo es una estrategia de relaciones públicas de varios niveles: Así Trump dice: “Estamos haciendo un gran trabajo”. “De todos modos, nadie puede hacer nada”. Y además, “los médicos están falsificando los números para poder ganar más dinero”.
Estas son, por supuesto, historias inconsistentes, y la difamación de los trabajadores de la salud que arriesgan sus vidas para salvar a otros es simplemente vil. Pero nada de esto debería sorprendernos.
Este es, después de todo, Donald Trump. Además, hemos visto esta combinación de negación, impotencia declarada y teorías de conspiración antes: Trump y compañía están siguiendo la misma estrategia en Covid-19 que la derecha ha seguido durante mucho tiempo sobre el cambio climático. (La negación).
A estas alturas, casi todo el mundo está familiarizado con la forma en que Trump sigue cambiando los indicadores de objetivos para reclamar el éxito sin importar cuán mal se pongan las cosas. En febrero, predijo cero casos “en un par de días”. En la primavera dijo que (el virus) desaparecería cuando el clima se volviera más cálido. Últimamente ha estado proclamando un triunfo porque el coronavirus no ha matado a 2.2 millones de personas.
La administración Trump tardó más en admitir que se estaba rindiendo abyectamente a Covid-19. Pero en agosto, el doctor Scott Atlas, un creyente en la “inmunidad colectiva” – básicamente la idea de dejar que el virus atraviese a la mayoría de la comunidad (para que las personas desarrollen anticuerpos)- se unió al grupo de trabajo sobre el coronavirus de la Casa Blanca.
Atlas es un radiólogo sin experiencia conocida en enfermedades infecciosas, y epidemiólogos de verdad como el doctor Anthony Fauci están horrorizados por sus ideas. Pero Atlas, no Fauci, parece estar tomando el mando con las decisiones en estos días.
Y el domingo Mark Meadows, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, lo hizo más o menos oficial, diciendo que “no vamos a controlar la pandemia» porque es un «virus contagioso”.
Esto se produjo después de una manifestación en la que Trump, que se considera una víctima de la situación, porque los medios siguen hablando de “Covid, Covid, Covid”, afirmó que las muertes por coronavirus se están exagerando porque “los médicos obtienen más dinero y los hospitales obtienen más dinero” si dicen que el Covid-19 fue la causa de la muerte.
Todas estas excusas suenan muy familiares para cualquiera que haya seguido el debate climático a lo largo de los años. Según la derecha, el cambio climático no está ocurriendo; de todos modos, no hay nada que podamos hacer al respecto sin destruir la economía; y todo es un engaño inventado por una conspiración mundial de científicos, que están en esto por el dinero.
Esa última parte es, por supuesto, una proyección. El abrumador consenso científico de que estamos experimentando un calentamiento global provocado por el hombre no está siendo impulsado por incentivos financieros, sino aquellos que rechazan ese consenso.
En este punto, la negación climática se sustenta en gran medida en una red de grupos de expertos de derecha respaldados por intereses de combustibles fósiles; es decir, los «expertos» que afirman que el calentamiento global no está ocurriendo o que no se puede hacer nada al respecto son básicamente negacionistas profesionales, que se ganan la vida como «mercaderes de la duda».
Y resulta que la negación del Covid-19 no es solo un fenómeno similar; es algo que está siendo llevado a cabo por prácticamente las mismas personas.
Atlas y otros funcionarios de la administración Trump se han visto fuertemente influenciados por la Declaración de Great Barrington, un manifiesto en nombre de la inmunidad colectiva que surgió de una reunión en el Instituto Americano de Investigación Económica. ¿Qué sabemos de este instituto?
Bueno, no es sorprendente que este instituto esté vinculado al Instituto Charles Koch. Y una lectura de su sitio web revela que hasta hace poco dedicaba gran parte de su tiempo a la negación del clima, publicando artículos con títulos como “Los brasileños deberían seguir talando su selva tropical”.
Más recientemente, sin embargo, el enfoque del Instituto Americano de Investigación Económica se ha desplazado hacia la negación de Covid-19. El mes pasado, por ejemplo, publicó un artículo alabando a la gobernadora Kristi Noem de Dakota del Sur, cuya negativa a tomar medidas contra el coronavirus ha convertido a su estado en lo que el artículo llamó “una fortaleza de libertad y esperanza protegida de las garras de políticos dominantes …”
Desde entonces, por supuesto, Dakota del Sur ha experimentado una explosión de infecciones y un aumento de las hospitalizaciones, y ahora está experimentando un rápido aumento en las muertes por Covid-19.
¿Hubo alguna vez la posibilidad de que Trump se tomara la pandemia en serio? Probablemente no. Después de todo, él siempre ha sido un negacionista acérrimo y teorizador de la conspiración del cambio climático, y su respuesta al coronavirus ha salido directamente del mismo libro de acción del negacionista climático.
En cualquier caso, podemos predecir con gran precisión lo que hará si las encuestas son incorrectas y gana un segundo mandato. No hará nada en absoluto para combatir la pandemia; sin embargo, intentará ocultar la verdad sobre lo que está sucediendo. Y morirán muchos, muchos más estadounidenses.
*Por Paul Krugman, en el New York Times.
