Análisis

Wall Street y China profundizan sus lazos a pesar de las amenazas de Trump

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Un día después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara una nueva iniciativa para frustrar los supuestos esfuerzos de Beijing para «robar» tecnología estadounidense, altos funcionarios financieros chinos y banqueros de Wall Street se sentaron para una teleconferencia en la que buscaban fortalecer sus lazos de negocios, según un reciente reporte del Financial Times.

Un participante en la Mesa Redonda Financiera China-EE.UU., establecida hace dos años en un momento de intensas tensiones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo, dijo que este había sido un foro bastante «genérico» destinado a «fomentar la buena voluntad» y mejorar la integración financiera entre las dos economías más grandes del mundo.

Pero el foro, que se convocó el 16 de octubre de 2020, según cuatro personas informadas sobre las discusiones, también destaca un frente positivo poco común en las relaciones entre China y Estados Unidos: las finanzas, mientras Pekín intenta acelerar las reformas del mercado y atraer capital extranjero.

Así, los más recientes informes indican que cada vez más los inversionistas de Wall Street están comprando los bonos de deuda del gobierno chino, los cuales se encuentran en mínimos históricos.

Las últimas gráficas señalan que los bonos de deuda soberana del gobierno chino se encuentran en un rango de rentabilidad del 3 y el 3.4%, mientras que los bonos del Tesoro Estadounidense se encuentran con una rentabilidad del 0.8 y el 1%. Entre más bajos los retornos de los bonos, se considera que la economía emisora de estos bonos es más estable y más capaz de cumplir con sus obligaciones crediticias.

Los bonos de deuda chinos en manos de inversores extranjeros de hecho han aumentado en más de un 20% en lo que va del 2020, lo que denota claramente el apetito de los inversores por asegurarse un lugar en las ganancias derivadas del modelo de crecimiento chino. Actualmente, según datos de Fitch Ratings, hay 421.000 millones de dólares de bonos del gobierno chino en manos de inversores extranjeros.

En este contexto, cada vez más el dinero de los grandes inversores ha empezado a fluir hacia China, aprovechando la apertura de los líderes políticos allí, quienes buscan asegurar el capital necesario para continuar financiando los proyectos de crecimiento del gobierno.

La apertura china a los mercados financieros internacionales tiene sin embargo una explicación: China quiere evitar futuras disrupciones en sus mercados financieros, causadas por futuras sanciones por parte del gobierno estadounidense. Por esta razón está haciendo todo lo que está en sus manos para atraer inversión extranjera, como una forma de garantizarse a sí misma un seguro y hacer que eventuales sanciones del gobierno estadounidense tengan un impacto mucho menor en el país.

Entre tanto y en privado, funcionarios chinos le han dicho a los medios de comunicación que solamente se está acelerando una tendencia que ya estaba en marcha desde antes Estados Unidos empezará a imponer restricciones a la compañías chinas y a las empresas estadounidenses que hacen negocios con China.

Por ahora lo que tienen claro los analistas de los mercados financieros es que incluso si el presidente Trump es reelegido en su puesto el 3 de noviembre, los inversores internacionales seguirán bombeando hacia China, mirando hacia el largo plazo, en un mercado que crece y que puede ofrecer grandes beneficios. Obviamente, si el mercado de bonos chinos empieza a abrirse a los inversores internacionales, cada uno de ellos va a querer ser la primera persona en llegar allí.

En dos décadas el mercado de bonos chinos se ha multiplicado por seis, llegando a los 14 trillones (millones de millones) de dólares y superando a mercados de bonos como el japonés. Aún así los inversores internacionales siguen siendo una minoría, el Banco de inversión estadounidense JP Morgan estima que la propiedad de los bonos del gobierno chino en manos de inversores internacionales se ha incrementado del 2% al 9% durante los últimos años, aunque esta cifra aún es menor que el 15 o 16% que poseen los inversores internacionales en el mercado de bonos en otros países de Asia.

Los bonos del gobierno chino apenas se añadieron a los principales índices de bonos internacionales el mes pasado, en una estrategia del gobierno chino que busca atraer cerca de 140.000 millones de dólares a este mercado.

Los inversores saben que el sentimiento antichino impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump no se irá en el corto plazo y quieren aprovechar la apertura de este mercado para tener una posición allí antes de que las tensiones se puedan volver más agudas en caso de una victoria del mandatario republicano.

En todo caso, lo más importante que podemos extraer de esta circunstancia es que las amenazas de Donald Trump hacia las empresas y negocios que hacen tratos con China no han detenido el flujo dinero hacia ese país y que cada vez más, tanto los inversores así como el gobierno chino están tomando medidas para asegurarse de que los flujos de capital se mantengan y que ambas partes (Wall Street y el gobierno chino) puedan aprovechar la oportunidad que ahora tienen para profundizar sus lazos de negocios.

Con información del Financial Times.

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