Análisis

Los chinos van con todo por el carbón colombiano

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Mientras que el mundo se mueve hacia las energías renovables en el marco de la lucha contra el cambio climático, Colombia sigue teniendo una gran dependencia de los combustibles fósiles en sus exportaciones para obtener reservas de moneda extranjera.

Ahora China, país que tiene una alta demanda de energía y de combustibles fósiles para la generación de electricidad y para el transporte, incursiona en el mercado colombiano, convirtiéndose en uno de los mayores importadores de esta materia prima.

Las compañías mineras chinas quieren llenar el vacío que han dejado otras compañías en la zona de la costa norte de Colombia, concretamente en los departamentos de Cesar y la Guajira. 

China no solo está interesada en importar carbón para mantener activas sus centrales termoeléctricas, sino que además estaría interesada en tomar el control de complejos carboníferos como los del Cerrejón en la Guajira o los de Prodeco en el departamento del César.

En el mes de enero la compañía Glencore, a través de su filial Prodeco, renunció a sus títulos mineros en este departamento, e inmediatamente después se empezó a conocer que había un gran interés por parte de compañías mineras internacionales de toar el control en esta zona estratégica para el sector carbonífero.

Diego Mesa, ministro de minas y energía de Colombia, dio a conocer al medio de noticias de negocios internacionales Bloomberg el mayor interés por parte de las compañías chinas en el carbón colombiano

“Estos activos continúan siendo de interés para muchos inversionistas, especialmente los de China. La zona tiene suficiente carbón para continuar la producción hasta por otra década”, dijo Mesa.

Gran riesgo para las economías que dependen de los combustibles fósiles

El mes pasado Verisk Maplecroft, una empresa de análisis de riesgo internacional, señaló que las economías que sigan dependiendo de los combustibles fósiles se enfrentarían a grandes riesgos de agitación política y social. Dentro de estas economías se encuentra Colombia, país que depende en gran medida del carbón y del petróleo, como sus principales exportaciones. En la medida en que las economías avanzadas hagan su transición hacia energías más limpias, estas materias primas tendrán menor valor en la cadena de suministros global y serán menos demandadas por los grandes consumidores.

China probablemente alcance el pico de uso de combustibles fósiles en el 2030, según lo anunció del presidente chino Xi Jinping en la última conferencia de Naciones Unidas en 2020, ya que su objetivo es ser una economía libre de emisiones de carbono para el 2060, por lo que el actual surgimiento en la economía del carbón que probablemente beneficiará a Colombia, ciertamente no durará más allá de una década.

Un boom que será temporal

Así, si bien la Comisión de Desarrollo y Reforma del Gobierno de China, ha anunciado la búsqueda de nuevas fuentes de carbón, en países como Sudáfrica y Colombia, ante la caída de las importaciones de este mineral desde los Estados Unidos, lo más probable es que este boom pueda durar tanto como las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Si los dos países llegan a un nuevo entendimiento en materia de exportaciones de carbón desde Estados Unidos hacia China, los beneficios para Colombia serían realmente mínimos.

Los requerimientos de una nueva economía

En este contexto, el de un boom de la demanda por el carbón y los recursos naturales de Colombia, más aún cuando ha habido una fuerte preocupación por parte de sectores y grupos ambientalistas, los cuales ven la explotación del mineral como dañina para el medio ambiente, cabe preguntarse si las autoridades colombianas seguirán en su estrategia de la dependencia de materias primas como vías para obtener recursos financieros o si le apostarán a procesos de innovación en los que se desarrollen nuevos productos de valor agregado para la economía internacional.

Así, mientras que países como India o Pakistán están formando una gran red de profesionales con competencias específicas para la Cuarta Revolución Industrial, Colombia se mantienen esperando que con ciertos incentivos llegue la inversión extranjera al país, tan necesaria para el desarrollo. Esta estrategia verá sus falencias en el mediano y en el largo plazo, especialmente cuando las presiones generadas por el cambio climático obliguen a gran parte del planeta a mirar hacia nuevas fuentes de energía que ya no dependan de materias primas.

Con información de Portafolio. 

 

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